El desempleo estadounidense tenderá a reducirse lentamente el próximo año, aunque esto no impedirá que los consumidores mantengan un estricto control sobre sus gastos, según una encuesta divulgada hoy y realizada entre economistas del país, que elevaron su previsión de crecimiento para 2010.
La Asociación Nacional de Economistas Empresariales (Nabe, por sus siglas en inglés) difundió este lunes los resultados de su sondeo periódico sobre la situación de la economía nacional, realizado en esta ocasión entre el pasado 24 de octubre y el 5 de noviembre.
De los resultados obtenidos se deduce que la mayor parte de los economistas considera que la destrucción de empleo en Estados Unidos tocará fondo en el primer trimestre del próximo año, aunque la plena recuperación del mercado laboral se hará esperar hasta 2012.
Desde diciembre de 2007 se han destruido en EE.UU. 7,3 millones de empleos, lo que ha elevado la tasa de paro al 10,2%, su nivel más alto de los últimos 26 años, aunque la economía nacional ha vuelto a crecer después de atravesar la peor recesión desde la Gran Depresión y en el tercer trimestre del año avanzó un 3,5%.
La mayor parte de los economistas entrevistados considera que la reducción del empleo será tan lenta que al final del próximo año la tasa de desempleo rondará aún el 9,6%, lo que contribuirá a que el gasto de los estadounidenses se mantenga contenido.
Aún así, los expertos prevén crecimientos en sectores como el de la vivienda, gracias a los reducidos tipos de interés, de forma que la construcción de casas nuevas aumentará un 36% el año que viene, la inversión en inmuebles residenciales subirá un 9% y sus precios un 2%.
Con ese crecimiento neto del sector de la vivienda en 2010 -el primero en Estados Unidos desde 2005-, los economistas prevén que el conjunto de la economía avanzará a un ritmo cercano al 3,2% durante los cuatro trimestres de 2010, después de aumentar el 3% en los tres últimos meses de este año.
Esos dos últimos porcentajes son cinco décimas porcentuales superiores a los previstos por los economistas en la encuesta realizada por la Nabe en octubre.
De sus respuestas también se deduce que el gasto de los estadounidenses tenderá a mantenerse bajo -debido en gran parte a su temor por el elevado índice de desempleo-, de forma que la tasa de ahorro rondará durante el próximo año el 4%, la más alta desde 1998.
Al mismo tiempo, prevén que el dólar seguirá débil, aunque anticipan un relativo fortalecimiento frente al euro; que la inflación se mantendrá baja, que las empresas aumentarán sus gastos y que la bolsa subirá, de forma que el índice S&P 500 ascenderá un 9,5% en 2010.
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