blogs el mercurio, 27/08/2008
Los datos de actividad económica para la Zona Euro del segundo trimestre son preocupantes. El PIB mostró una caída anualizada de 0,8 por ciento. Es una situación bastante precaria: en el mismo trimestre, EE.UU. creció 1,9 por ciento y Japón cayó 2,4 por ciento.
Entre los países europeos, Francia, Alemania e Italia fueron los más damnificados, con reducciones en su PIB de entre uno y dos por ciento. Sorpresiva fue la fuerte caída del PIB de la economía más grande de esa región, Alemania, que había tenido un muy buen primer trimestre, pero hoy aparece muy debilitada. España logró un crecimiento marginal (0,4 por ciento), pero sus problemas en el sector inmobiliario hacen prever que le costará algún tiempo salir de su es-tancamiento.
En los dos trimestres previos, la situación entre los países desarrollados era la inversa, con Europa y Japón muy por sobre EE.UU. En la Zona Euro fue de 2,8 por ciento en el primer trimestre de este año, lo que creó ciertas expectativas de que, en un escenario de fuerte desaceleración estadounidense, Europa podría sostener parcialmente el aumento de la actividad en el mundo desarrollado. Las recientes cifras abren serias dudas a este respecto. Inglaterra (no euro), según proyección oficial, interrumpiría una serie de 63 trimestres continuos de crecimiento con un segundo trimestre 2007 con cero por ciento.
La reducción del PIB europeo se explica por un consumo que se ha ido debilitando, fuertes bajas en el precio de las viviendas, y exportaciones que han ido perdiendo su dinamismo. Además, la fortaleza del euro, la crisis financiera global, el precio del petróleo y el menor crecimiento mundial también son parte de la explicación.
La situación europea se hace más compleja, pues la inflación está muy por sobre la meta del Banco Central Europeo. Mientras la meta es de dos por ciento, la inflación anual a julio llega a cuatro por ciento, lo que limita a la entidad monetaria en cuanto a hacer una política monetaria expansiva. De hecho, recientemente aumentó la tasa de interés, y hasta antes de estas negativas cifras de actividad se especulaba que podría venir otro ajuste monetario. Hoy esto parece descartado, y más bien se espera que en 2009 pueda haber relajamientos en la política monetaria.
La caída en el PIB de Europa, sumada a la de Japón, agrega aún más dudas sobre la economía mundial y, en particular, sobre la posibilidad de que el mundo emergente se mantenga aislado de este fenómeno y pueda sostener su dinamismo, hasta ahora elevado.
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