El País, 11/12/2008
El mensaje de invulnerabilidad ante la crisis internacional que pretendía transmitir el Gobierno peruano terminó de manera abrupta esta semana. El presidente, Alan García, que hace apenas pocos días había declarado que Perú estaba "blindado" por los sólidos fundamentos de su economía, acaba de presentar un paquete de medidas "anticrisis", basado en un importante aumento de la inversión pública. Esto, después de que el sector privado se quejara de la falta de reacción del Estado y de que el ministro de Economía reconociera que la crisis estaba haciendo estragos. Las proyecciones de crecimiento para 2009, que se colocaban en aproximadamente el 8% hace unos meses, se han reducido, de acuerdo con la mayoría de los analistas, a un rango mucho más modesto, en torno al 5%.
El Gobierno proyecta inyectar más de 10.000 millones de soles (algo menos de 2.500 millones de euros) adicionales a los previstos para el presupuesto del próximo año, principalmente en el sector de la construcción (uno de los más dinámicos en los últimos años), en apoyar las exportaciones y en programas para desarrollar las pequeñas y microempresas. Asimismo, ha anunciado un plan para permitir al sector privado pagar parte de sus impuestos realizando obras de interés social, todo con la finalidad de que la economía no pierda impulso.
Las medidas son una respuesta a la petición urgente del sector empresarial, que ha empezado a sentir la crisis mundial. El discurso de solidez económica que el presidente había transmitido durante la reciente cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), realizada en Lima, ya no convence dentro del país, y la semana pasada, el presidente de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas, Jaime Cáceres Sayán, se quejó de la falta de acción del Gobierno. "Se repite constantemente que estamos blindados, pero no podemos quedarnos dormidos en nuestros laureles", señaló, y pidió al Ejecutivo que ponga "los pies en la tierra". Casi simultáneamente, el ministro de Economía, Luis Valdivieso, reconoció por primera vez que "la crisis nos está afectando mucho más de lo que anticipábamos", y que estaba haciendo "todo lo posible para que esto no se desmorone".
El plan fue finalmente presentado el lunes por el presidente, quien ya no habló de "blindaje", sino de "tranquilidad, prudencia y confianza" para superar la crisis. Las medidas fueron bien recibidas por los empresarios y también por la Bolsa limeña, que el martes ganó un 5,5% y ayer volvió a cerrar con ganancias. García también emplazó al sector privado a que presente su propio plan e invierta parte de sus beneficios. "Ya habló el Estado; ahora queremos un programa coherente, números y cifras, de parte de nuestros empresarios", dijo el martes, durante una ceremonia en el palacio de Gobierno.
"Es un mensaje positivo, que busca proteger el empleo", destacó Cáceres Sayán en representación del empresariado. Sin embargo, algunos analistas señalan que se necesita más. "Hacen falta también medidas monetarias, es necesario bajar las tasas de interés de referencia", señaló Kurt Burneo, economista y ex director del Banco Central de Reserva.
La época del optimismo exagerado ha concluido, pero las cifras del país todavía son sólidas. Para responder a la crisis, Perú cuenta con unas reservas internacionales netas más altas que nunca (alrededor de 35.000 millones de dólares), la inflación en los últimos 12 meses es del 6,75% e incluso las tasas de crecimiento reducidas son ampliamente superiores a la media esperada en la región. "El objetivo central del plan es garantizar un ritmo de crecimiento alto y dinámico, y que no caiga bruscamente, sino que se mantenga en niveles de entre 6,5% y 7%", opina el viceministro de Economía, Eduardo Morón, según el diario Perú.21. Pese a la preocupación, el Gobierno todavía cree que es posible mantener la bonanza.
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