02 julio 2008

Chile - El momento económico

blogs el mercurio, 01/07/2008

Aunque no es conveniente realizar un análisis exhaustivo a partir de mediciones mensuales, las cifras publicadas ayer por el INE confirman que, si bien la economía está lejos de una pérdida acelerada de dinamismo, presenta algunos signos de debilidad. Así, la producción industrial y minera muestra descensos en mayo respecto de igual mes de 2007 (2,4 y 6,1 por ciento, respectivamente). Asimismo, se observó una fuerte disminución (29,1 por ciento) en 12 meses en la superficie total autorizada de edificación. Si bien este indicador es extremadamente volátil -por ende, menos confiable-, puede estar anticipando una caída en la inversión inmobiliaria, con el consiguiente efecto en la actividad económica. En contraste, las ventas reales de supermercados crecieron 5,8 por ciento en 12 meses, y las del comercio al por menor lo hicieron en 8,3 por ciento en igual período. Estos indicadores sugieren que el consumo aún experimenta una evolución satisfactoria. Especial consideración merece el hecho de que las ventas nominales de supermercado aumentaron 18,5 por ciento durante mayo de 2008, respecto de igual mes de 2007. Este hecho es un indicador adicional de la fuerza con que se está manifestando la inflación en nuestro país y que requerirá una atenta vigilancia de la autoridad monetaria.

Por su parte, el desempleo subió fuertemente en el trimestre marzo-mayo de este año respecto de igual período de 2007, pasando de 6,7 a ocho por ciento. Así, más de 570 mil personas permanecen sin empleo. Este aumento en la desocupación no resulta de una pérdida de dinamismo en la creación de puestos de trabajo. Por el contrario, la fuerza laboral, que durante 2006 estuvo estancada, creció 3,8 por ciento este año respecto de igual período de 2007. Este fenómeno viene repitiéndose desde fines del año pasado, y no son evidentes sus causas. Quizás se esté en presencia de un ajuste en la fuerza de trabajo por una sola vez, para recuperarse del mencionado rezago en 2006. En tal caso, en el futuro cercano podría observarse una reducción en su tasa de crecimiento.

Por cierto, podría también haber algunos problemas metodológicos que explicasen estos ciclos un tanto inesperados -que, por ejemplo, no son tan marcados en las encuestas de empleo del Gran Santiago.

En cualquier caso, más allá de estas comparacio-nes, no cabe duda de que el empleo debe seguir siendo una prioridad de nuestras autoridades. Un desempleo de ocho por ciento se compara desfavorablemente con las últimas cifras de los países europeos industrializados, que alcanzan a 6,7 por ciento promedio, y de Estados Unidos (5,5 por ciento). A lo anterior debe agregarse que la tasa de participación laboral chilena es sustancialmente más baja que la de los países mencionados.

Un dato positivo es que el empleo asalariado es el que está creciendo más fuerte. En cambio, disminuyen en número los trabajadores por cuenta propia, lo que sugiere un cambio en composición que puede ser muy positivo. El mercado del trabajo presenta, pues, señales positivas y negativas, en una situación propia del complejo escenario externo a que está enfrentada nuestra economía.

Es éste un escenario de indicadores mixtos, que nuestras autoridades deben seguir con atención, preparándose para promover iniciativas que estimulen la eficiencia y productividad de nuestra economía en caso de ser necesario, absteniéndose al mismo tiempo de crear distorsiones que luego son muy difíciles de suprimir.

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