15 julio 2008

Argentina |Polémica por el nivel de actividad: la economía se enfría o se entibia - iEco

Polémica por el nivel de actividad: la economía se enfría o se entibia
iEco-Clarín, B.A., LUN 14/07/08 18:53

Los economistas no se ponen de acuerdo. Hay tres puntos de vista. Y también signos objetivos sobre la marcha de la economía.

Por Ismael Bermúdez | ibermudez@clarin.com

Con las rutas despejadas, aún con el conflicto rural latente, ¿la economía mantiene el ritmo de crecimiento anterior? ¿Sigue el "viento de cola" o la crisis internacional terminará por hacerse sentir en la región, y en especial en la Argentina? Como en tantas otras cuestiones, los economistas no se ponen de acuerdo.

Básicamente hay tres posiciones básicas:

– Unos, son los que admiten que la desaceleración de estos meses se debe al prolongado conflicto rural y que, normalizada la economía, volverá el repunte, apuntalado por los altos precios internacionales y la venta de las varias millones de toneladas de las cosechas retenidas por los productores. También porque el Gobierno buscará reimpulsar la demanda, por la vía del aumento del mínimo no imponible, la suba de las asignaciones familiar y del salario mínimo. Aún así reconocen que el Gobierno deberá hacer algunos ajustes, como por ejemplo impulsar un dólar más alto y medidas para contener la inflación.
– Otros, los que consideran que hubo un "cambio de expectativas" que afectó la inversión y el consumo y eso se traducirá en una desaceleración creciente de la actividad. Este sector considera que el conflicto dejó heridas irreconciliables y que la "marca Argentina" quedó seriamente dañada para la inversión.
– Los terceros apuntan a que todavía es prematuro sacar conclusiones tajantes y que por ahora hay "señales contradictorias" sobre el impacto en el consumo y la actividad. Consideran que la Argentina puede revertir un parate que es coyuntural porque tiene todavía un enorme potencial de crecimiento por la fuerte demanda mundial de alimentos.

Los signos previos y próximos


Lo que parece evidente es que antes del conflicto rural, ya se advertía una desaceleración de la actividad. En el primer trimestre, con estadísticas "infladas" (por no considerar el "efecto precio " real), el PBI aumentó apenas 0,6% respecto al cuarto trimestre de 2007, la menor expansión trimestral desde fines de 2002. Por eso se descuenta que cuando se difunda los datos del II Trimestre la variación del PBI será cercana a cero ya que no hay dudas sobre el impacto negativo del conflicto sobre los indicadores de estos meses.

Y en lo que resta del año, la actividad estará condicionada por la situación política –deteriorada por el conflicto–, la inflación que ya gira en torno del 25% anual y el cambio negativo de expectativas, en especial en inversiones. Para 2009 los pronósticos de la mayoría de los economistas reducen el crecimiento al 5/6%.

Entre abril y junio las reservas internacionales cayeron en u$s 3.000 millones, hubo una pérdida de depósitos, un encarecimiento de la tasa de interés y disminuyeron las cantidades exportadas de bienes primarios y manufacturas agropecuarias. También la inflación –aunque el INDEC no lo registre– deterioró el poder de compra de la gente.

En junio, la recaudación de los impuestos vinculados al consumo –que refleja lo que pasó en mayo– mostró una fuerte desaceleración. Descontada la inflación, en algunos tributos hubo caídas de ingresos en términos reales.

La industria automotriz, una vedette del alza de la producción industrial, tuvo en junio un magro desempeño. Hasta mayo venía creciendo un 27,6% interanual, y el mes pasado bajó a sólo 7,7% respecto de junio de 2007.

Las exportaciones, que venían con un alza del 34,2% en los primeros cinco meses, aumentaron en junio un 7,6% interanual. Y las ventas mayoristas, que venían con un impulso del 24,3% hasta mayo, en junio crecieron un 14% respecto de junio de 2007.

"Otros indicadores de consumo, como la utilización de Servicios Públicos o los patentamientos de automotores, también mostraron desaceleraciones a partir de marzo", señala la consultora abeceb.com. En Servicios Públicos, luego de crecer a una tasa promedio de 15,9% entre febrero y abril, la tasa de variación de mayo fue de 10,6%. En el segundo, el mayor efecto fue en marzo, cuando los patentamientos crecieron un 5,8% interanual (promedio móvil de tres meses), luego de aumentar al 21,3% promedio en el primer bimestre. En este caso, se observó una recuperación en abril y mayo, con un incremento de 17% promedio interanual.

Tropezones y caídas

Para Rogelio Frigerio, de Economía & Regiones, el conflicto del campo "impacta en las variables económicas tanto a través del sector real, como por medio del sistema financiero y el de precios. Los tres canales de impacto están interrelacionados entre sí. El aumento de los precios afecta negativamente el poder adquisitivo de los asalariados, erosionando el consumo y el nivel de actividad. En principio, no sería esperable una caída interanual en la mayoría de los indicadores del aparato productivo, pero sí una considerable desaceleración en las tasas de crecimiento. En el sector industrial, la desaceleración estaría más vinculada a la escasez de gas y electricidad, que con este enfrentamiento en particular. Por su parte, los datos del canal financiero muestran que el impacto de la crisis no ha sido despreciable. El efecto más negativo se observa en la caída de los depósitos del sector privado, con una fuga más intensa entre los pequeños ahorristas que entre los grandes inversores".

Otro punto clave, según Frigerio, es la competitividad del tipo de cambio. "Producto de la inflación local y de la aparición del fenómeno de inflación global, sumado al clima de incertidumbre y desconfianza que deja la crisis con el campo, el Gobierno perdió, al menos circunstancialmente, la posibilidad de utilizar la política cambiaria para mejorar la competitividad precio de la economía. Recuperar esta herramienta es fundamental para sostener uno de los pilares de este modelo: el tipo de cambio depreciado. Para conseguir este objetivo, es imprescindible moderar la inflación y recuperar, cuanto antes, la confianza perdida".

Para el economista Pablo Rojo, "la desaceleración de la economía venía insinuándose desde el último trimestre de 2007. El conflicto con el campo agravó el cuadro general, y se tradujo en una fuerte merma de la demanda de insumos y maquinaria por parte de los productores agrarios. Pero tal vez el efecto más pronunciado del conflicto se manifiesta en el empeoramiento de las expectativas de los consumidores tanto en relación con la adquisición de bienes durables como con respecto a la inflación futura y la marcha general de la economía. Antes del conflicto podía estimarse el crecimiento del PIB en 5,5%, luego del conflicto probablemente estemos más cerca del 4,5 o 5% para el 2008". Rojo concluye que "tal vez, la buena noticia en el corto plazo sea la desaceleración de la tasa de inflación, inducida por la caída de la tasa de crecimiento de la economía, las mayores tasas de interés y el atraso cambiario. Un cóctel que en el pasado se reveló explosivo".

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