La real situación económica [Chile], blogs el mercurio, editorial.
Jueves 03 de Abril de 2008
Aún no se dimensiona en su plenitud el impacto de la crisis financiera estadounidense sobre el resto del mundo. No faltan quienes creen que ella es de una profundidad tal, que la economía global sufrirá una fuerte desaceleración. Sin embargo, la mayoría de los expertos considera que el efecto negativo será relativamente acotado, porque encuentra al sector no financiero en un buen pie y porque las autoridades de la principal economía han actuado con decisión para evitar una aguda crisis de liquidez. Además, a diferencia de ocasiones anteriores, el resto del mundo muestra actualmente posiciones económicas muy sólidas.
Es posible, pues, que el crecimiento económico mundial se vea afectado de manera significativa, pero sin la profundidad de crisis anteriores. Si tal escenario prevalece, muchos países van a poder crecer, incluso en este cuadro incierto, a tasas relativamente satisfactorias, aunque, por supuesto, a ritmos inferiores que en los últimos años. Así, el crecimiento en la producción industrial chilena en febrero (5,7 por ciento) no debería sorprender. La expansión de la minería, por sobre el seis por ciento, también es positiva, en especial tras un período de retroceso. Esto augura que el Imacec de febrero mostrará un ritmo de expansión más cercano al cinco que al cuatro por ciento proyectado inicialmente por algunos analistas.
Dada la compleja situación económica internacional,
la economía chilena marcha mejor de lo que habría podido pensarse
, lo que queda de manifiesto también en la positiva evolución del empleo, que en el último trimestre móvil registra una expansión de 3,1 por ciento, especialmente notoria entre los asalariados. Este fenómeno no es aislado: en el último año se ha observado un fuerte dinamismo del empleo. Con todo, como el crecimiento de la fuerza de trabajo ha superado en el último tiempo al del empleo, también se observa un aumento en la tasa de desempleo. En esto puede estar operando un acomodo de la fuerza de trabajo a la existencia de un mercado laboral más dinámico. Hay que recordar que, de acuerdo con las cifras del INE, la fuerza de trabajo no creció en 2006 y lo hizo muy lento en la primera parte de 2007. Por cierto, estos ajustes también pueden obedecer a problemas metodológicos que están en proceso de corrección.Estos indicadores respaldan la convicción de la autoridad económica de que el país está en buenas condiciones para enfrentar las turbulencias internacionales. En parte, ellos reflejan también el dinamismo de la inversión, que alcanzó niveles históricos durante la última parte de 2007. A eso pueden haber contribuido las iniciativas contempladas en los programas Chile Compite y Chile Invierte.
Por supuesto, estas cifras no pueden invitar a la inacción -la economía chilena aún sufre de trabas y regulaciones que afectan su competitividad-, sino que llaman, más bien, a descartar medidas apresuradas y resistir las presiones propias de momentos inciertos, que en esta ocasión van acompañadas, además, de un ciclo electoral que se prevé muy competitivo. Al respecto, los gremios del país tienen una enorme responsabilidad y deberían abstenerse de solicitar medidas poco meditadas y que perjudican el buen funcionamiento de nuestra economía. En momentos difíciles, sobre todo cuando ella muestra resiliencia, el desafío es profundizar la opción elegida y buscar acuerdos que ayuden a fortalecer la competitividad de Chile en beneficio de todos sus trabajadores, empresas y habitantes. En este ámbito caben aún muchos progresos, y también el Gobierno debería estar abierto a impulsar resueltas reformas que vayan en esta dirección.
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