El País, 02/11/2008, por Manuel Délano.
La economía se ralentiza tras caer la Bolsa, el pseo y el precio del cobre.
El huracán de la crisis subprime, que en otros países ha derribado edificios y ha puesto en estado de emergencia a las economías, en Chile movió la estantería, pero ésta ha resistido bien -aunque no incólume- hasta ahora. A pesar de que cayeron la Bolsa y el precio del cobre -principal exportación del país-, que se haya depreciado el peso y el mercado haya recortado las perspectivas de crecimiento del PIB para 2009 de 4% a 3,2%, los cimientos son sólidos.
Como señaló el presidente del Banco Central, José de Gregorio, la economía chilena "no está inmune a lo que ocurra en el mundo (...), pero estamos bien preparados para afrontar ambientes muy adversos". El Gobierno y el Banco Central han actuado en coordinación frente a la crisis externa, sin mensajes contradictorios entre ambas instituciones. Al término de una reunión con la patronal, el ministro de Hacienda, Andrés Velasco -jefe del equipo económico-, pidió a los empresarios afrontar la situación con realismo, tranquilidad y sin ponerse "nerviosos".
Tres activos esenciales dan especial solidez a la economía chilena. El primero es que la política fiscal ha sido contracíclica, con un superávit de largo plazo del 0,5% del PIB. Esto implica que el fisco ahorra en años de altos ingresos, como 2007, para gastar más cuando éstos se contraen.
El segundo es que tiene la banca más regulada de América Latina, después de la experiencia de la recesión de 1982-1983, en la que el PIB llegó a caer un 16% y el Gobierno -en plena dictadura- nacionalizó los mayores bancos. En Chile no se pueden realizar operaciones como las que precipitaron la crisis subprime en EE UU.
Un tercer activo del país son sus reservas internacionales, cercanas a los 25.000 millones de dólares, suficientes para asegurar el crédito por un año si se cortan líneas desde el exterior. Anticipando la crisis, el Banco Central inició en abril una acumulación de reservas que frenó en septiembre, tras el derrumbe bursátil en EE UU. Para asegurar la liquidez del sistema financiero, el Banco Central ofreció al mercado inyectar hasta 5.000 millones de dólares equivalentes en pesos durante seis meses.
Respecto a la inflación, que en el último año se eleva al 9,2% y cuyo control es el objetivo principal del Banco Central a través de la política monetaria, la estimación es que con la caída del crecimiento económico mundial y los precios más bajos de las materias primas, tenderá a ceder paulatinamente. Ya hay algunos signos. El mercado espera que el Banco Central deje de subir la tasa de interés frente al nuevo escenario externo e incluso que la disminuya.
A pesar del andamiaje protector, la crisis llegó al país. Los más perjudicados han sido los inversores bursátiles, por la caída de las acciones de todos los sectores, salvo de las empresas de servicios. La mayor bajada es la del sector de consumo discrecional, con un descenso del 48,7% acumulado en el año, y los fondos de pensiones de los trabajadores.
Las empresas exportadoras de cobre están operando hoy con un precio un 41,5% inferior al promedio anual. En algunos sectores comenzaron los despidos, el consumo se ha resentido y la inversión está cautelosa. El alza del dólar ha impedido que se advierta en toda su magnitud la caída del precio internacional del petróleo, que Chile importa en su totalidad.
Los sondeos indican que aumentan la incertidumbre y el pesimismo. Y sobre todo predomina la cautela, que es el consejo de los especialistas a los consumidores, algo que parece razonable en la economía más abierta al exterior de América Latina. -
Chile
- Dificultades. Baja el precio del cobre, el peso se ha depreciado y las perspectivas de crecimiento del PIB para 2009 se han rebajado del 4% al 3,2%.
- Ventajas. Chile tiene un superávit fiscal del 0,5% del PIB, reservas de 25.000 millones de dólares y una banca muy regulada.
- Coordinación. Gobierno y Banco Central actúan coordinados frente a la crisis internacional.
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