EFE/Yahoo, 25/09/2009
El G-20 concluyó hoy en Pittsburgh su tercera cumbre de jefes de Estado y de Gobierno con el firme compromiso de impulsar reformas que permitan "poner las bases para un crecimiento vigoroso, sostenido y equilibrado para el siglo XXI".
Este es un extracto de la declaración final que aprobaron los mandatarios al término de la cumbre:
- Nos reunimos en medio de la transición crítica de la crisis a la recuperación para dejar atrás una era de irresponsabilidad y adoptar un conjunto de políticas, regulaciones y reformas que se ajusten a las necesidades de la economía global del siglo XXI.
El proceso de reparación y recuperación todavía está incompleto. No podemos descansar hasta que la economía global esté restablecida con plena salud y las familias trabajadoras de todo el mundo puedan encontrar trabajo.
Nos comprometemos hoy a mantener nuestra respuesta vigorosa hasta que esté asegurada una recuperación duradera.
Actuaremos para asegurarnos de que cuando vuelva el crecimiento, vuelvan también los empleos.
Evitaremos la retirada prematura de los estímulos. Al mismo tiempo prepararemos nuestras estrategias de salida y, cuando sea oportuno, retiraremos nuestros extraordinarios apoyos de manera cooperada y coordinada, manteniendo nuestros compromisos de responsabilidad fiscal.
Incluso mientras continúan los trabajos de recuperación, nos comprometemos a adoptar las políticas necesarias para poner las bases de un crecimiento vigoroso, sostenido y equilibrado para el siglo XXI.
Reconocemos que tendremos que actuar enérgicamente para dejar atrás el legado de la reciente severa crisis. Queremos crecimiento sin ciclos extremos (booms y crash) y mercados que fomenten la responsabilidad, no la temeridad.
Hoy hemos acordado:- Adoptar un marco que ponga de manifiesto las políticas y la manera en la que trabajaremos juntos para generar un crecimiento global vigoroso, sostenible y equilibrado. Necesitamos una recuperación duradera que genere los empleos que nuestros pueblos necesitan.
Necesitamos (...) establecer unas pautas de crecimiento entre los países que sean más sostenibles y equilibradas, y reducir nuestros desequilibrios.
Nos comprometemos a evitar ciclos extremos de subidas y caídas de precios de los activos y a adoptar políticas macroeconómicas acordes con la estabilidad de precios, que promuevan una demanda global, adecuada y equilibrada.
También daremos pasos decisivos hacia reformas estructurales que promuevan la demanda privada y fortalezcan el crecimiento potencial a largo plazo.
- Asegurarnos de que nuestro sistema regulador de bancos y otras instituciones financieras limita los excesos que llevaron a la crisis.
No permitiremos una vuelta al comportamiento habitual en el sector bancario, allí donde la temeridad y la ausencia de responsabilidad condujeron a la crisis.
Nos comprometemos a actuar de manera conjunta para incrementar los niveles de capital (de las entidades), implementar exigentes estándares internacionales de remuneración para poner fin a las prácticas que auspiciaron un exceso de asunción de riesgos, mejorar los mercados de derivados no oficiales (OTC) y crear herramientas de gestión más potentes para responsabilizar a las grandes instituciones financieras de los riesgos en los que incurren.
Los estándares de las grandes instituciones financieras internacionales debieran ser proporcionales al coste que supondría su quiebra. Para todas estas reformas nos hemos puesto unos calendarios de actuación precisos y exigentes.
- Reformar la arquitectura global para atender las necesidades del siglo XXI.
Después de esta crisis, los actores críticos deben de estar en la mesa y completamente integrados en nuestras instituciones para permitir que cooperemos para establecer unos cimientos que permitan un crecimiento vigoroso, equilibrado y sostenible.
Designamos al G-20 como el foro principal de nuestra cooperación económica internacional.
(En la pasada cumbre) Establecimos el Consejo de Estabilidad Financiera para incluir las principales economías emergentes y dimos la bienvenida a sus esfuerzos para coordinar y evaluar el progreso en aras de fortalecer la regulación financiera.
Estamos comprometidos (en el Fondo Monetario Internacional) a transferir como cuota a los mercados emergentes dinámicos y a países en desarrollo al menos un 5 por ciento, empleando la fórmula de asignación de cuotas actual como punto de partida con el que trabajar.
- Llevar a cabo nuevos pasos que incrementen las vías de acceso a alimentos, productos energéticos y finanzas a los más pobres en el mundo, a la vez que pongan fin a flujos ilícitos. Un desarrollo económico sostenible es esencial para reducir la pobreza.
- Racionalizar y finalizar en el medio plazo los ineficaces subsidios sobre el consumo de combustibles fósiles, a la vez que se proveen ayudas concretas a los más pobres.
Los ineficaces subsidios sobre el consumo de combustibles fósiles promueven el derroche, reducen nuestra seguridad energética, impiden la inversión en fuentes de energía más limpias y tiran abajo los esfuerzos llevados a cabo para combatir el cambio climático.
- Mantener nuestra apertura exterior hacia un crecimiento económico más sostenido y más verde.
Lucharemos contra el proteccionismo. Estamos comprometidos a cerrar la Ronda de Doha exitosamente en 2010.
- Por último, hemos acordado reunirnos de nuevo en Canadá en junio de 2010 y en Corea del Sur en noviembre de 2010.
A partir de esa fecha esperamos reunirnos anualmente y nos encontraremos en Francia en 2011.
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