24 septiembre 2009

Colombia: El PIB, sin muchas sorpresas – Editorial/Portafolio.com.co

Portafolio.com.co, 24/09/2009

Los datos sobre el desempeño de la economía colombiana, revelados ayer por el Dane, confirmaron las proyecciones de los analistas y no arrojaron certeza sobre cómo será el comportamiento económico en lo que resta del año.
A estas alturas está claro que a nadie sorprendió la contracción de la economía de 0,5 por ciento en el segundo trimestre, frente al mismo periodo del año anterior, pero más allá de la cifra escueta hay algunos hechos que vale la pena analizar.
El primero tiene que ver con la pregunta básica: ¿este dato es bueno o es malo? La respuesta depende del ángulo desde el que se vean las cosas. Con este resultado la economía completa tres trimestres consecutivos de crecimiento anual negativo, lo que sin duda constituye un mal resultado. Habrá quien quiera volver a la estéril discusión de si esta situación configura una recesión desde el punto de vista técnico o no, pero lo cierto es que entrar en controversias semánticas cuando amplios segmentos de la población están sufriendo los estragos de este estancamiento se vuelve un debate inútil.
Sin embargo, hay que anotar que este resultado no es del todo malo. El desempeño de Colombia en el segundo trimestre fue superior al de varios países latinoamericanos que han sufrido con mayor rigor los problemas de la crisis internacional. De otro lado, las cifras reveladas por el Dane confirman lo que muchos observadores venían anotando desde hace semanas: lo peor de la crisis económica ya pasó. En efecto, según los datos conocidos ayer, entre abril y junio la economía colombiana creció 0,7 por ciento frente al trimestre inmediatamente anterior. Ese resultado indica que aunque todo el primer semestre haya sido peor que el mismo periodo de 2008, el punto de mayor estancamiento se dio entre finales del año pasado y comienzos de este.
Otro aspecto que vale la pena analizar son los elementos que han permitido que la economía no se hundiera más. Los rubros que tuvieron mayores niveles de crecimiento anual en el segundo trimestre fueron, en su orden, la construcción (16,8 por ciento), la minería (10,2 por ciento) y los servicios financieros (4,3 por ciento). A pesar de que esos sectores son los mismos que habían sacado la cara por el desempeño económico en el primer trimestre del año, hay que destacar un par de cosas.
Por un lado, lo que está impulsando la construcción son las obras civiles, con un sorprendente crecimiento anual de 40,5 por ciento, lo que contrasta con una significativa contracción de las edificaciones de casi 10 por ciento. En ese contexto, hay que reconocer que si bien el Gobierno no está en condiciones de ejecutar la política fiscal contracíclica que todo el mundo querría en este momento (porque no ahorró en la época de las 'vacas gordas'), las obras públicas se han convertido en uno de los salvavidas de la economía. Por otro lado, las cifras gruesas esconden un hecho inquietante sobre el sector financiero, que sufrió una leve caída entre el primer y el segundo trimestres de este año. De esta manera, uno de los motores importantes con que venía contando la economía parece estar frenándose.
Finalmente, hay que destacar que los resultados de la industria y el comercio son malos por donde se los mire. Esa situación es muy preocupante teniendo en cuenta que son dos sectores intensivos en mano de obra, cuya crisis no da lugar al optimismo sobre las perspectivas futuras del empleo. Esa coyuntura es aún más grave si se tiene en cuenta que dos de las ramas manufactureras que más se contrajeron en el segundo trimestre son el de equipo de transporte y el de los textiles, rubros que seguirán sufriendo en el resto del año con las crecientes restricciones del mercado venezolano.
Así las cosas, está claro que la economía colombiana evitó un mayor hundimiento en el primer semestre del año gracias a los salvavidas de las obras públicas y la minería. Pero para que en el segundo semestre haya una recuperación significativa se requiere que la industria y el comercio crezcan vigorosamente, y aunque todas las encuestas muestran que la confianza en esos sectores ha mejorado, el hueco del que tienen que salir es bastante profundo.

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