Portafolio.com.co, 16/10/2008
En efecto, el descenso en las cotizaciones internacionales de minerales, hidrocarburos, granos y algunos productos alimenticios, tiene a los Gobiernos revisando sus cifras.
La preocupación ronda a la casi totalidad de las naciones del área, pues mientras a unos los afecta el descenso en los precios del petróleo, como a Venezuela, México, Brasil, Ecuador y Colombia, otros están atormentados por la caída de las cotizaciones de los minerales, especialmente Chile, Bolivia, Colombia y Brasil.
Entre tanto, a los grandes productores de granos, Argentina, Brasil, Uruguay y Bolivia (soya), les preocupa la caída de productos clave para sus economías como trigo, maíz, soya y arroz.
Y es que aunque América Latina ha experimentado un crecimiento económico sostenido en los últimos años, el coletazo de la crisis financiera de Estados Unidos y la desaceleración de algunas de las economías más poderosas del mundo, ha comenzado a tocar a la región.
Expertos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) alertaron ayer sobre la urgencia de que los gobiernos latinoamericanos adopten medidas conjuntas que mitiguen los efectos de la crisis mundial, los cuales, en su opinión, se notarán inicialmente en un descenso de las exportaciones debido a la menor demanda por parte de sus principales socios comerciales.
Hay consenso en que la experiencia llevará a las economías a reforzar sus políticas fiscales, a no confiarse y a volver hacia la adopción de medidas más ortodoxas.
Sin embargo, se mantiene el temor de que la desaceleración se profundice en la América Latina, pues ya ha habido algunas señales de deterioro del ritmo del sector productivo.
Revisión de los pronósticos de crecimiento del Producto Interno Bruto para este año y el 2009, aumento del desempleo, reducción de la demanda interna, baja de confianza de los consumidores y menores expectativas de exportación y de inversión extranjera, hacen parte de las señales negativas que han comenzado a aparecer en el panorama latinoamericano y que hacen que los gobiernos tomen precauciones frente a la amenaza de la crisis.
Las malas señales
Las cifras de comportamiento del sector productivo en la región no dan señales positivas.
Chile, por ejemplo, registró en septiembre un déficit comercial de 318,8 millones de dólares, el primer saldo negativo en seis años.
Esta situación obedece a la caída de las exportaciones de cobre que tuvieron un descenso del 20,2 por ciento en valor, en septiembre pasado, en comparación con el mismo mes de 2007, al totalizar 2.323,2 millones de dólares, según datos del Banco Central.
Entre tanto, el Gobierno de Venezuela ha anunciado un apretón en el sector público para el 2009, que incluye disminución de la planta de funcionarios del Estado y recorte de gastos generales, en tanto que acaba de fijar un supuesto de 60 dólares el barril para la elaboración del presupuesto del año entrante.
En Brasil, el presidente Luiz Inácio Da Silva, anunció un plan anticrisis, y expresó su preocupación por lo que está pasando en E..U. y Europa.
El Argentina, la presidente, Cristina Kirchner, dijo que echará mano de salvaguardias contra importaciones que amenacen la industria y el empleo.
En tanto, los industriales insisten en la devaluación de la moneda argentina ante el dólar, para preservar la competitividad de la producción local. Los productores de trigo y soya también han comenzado a sentir el efecto de la menor demanda, con detrimento de sus ingresos debido a la caídas de las cotizaciones de los granos.
Una situación similar vive Uruguay, para que además sufre ahora el peso de la disminución de la demanda de carne de res, además de los granos.
En Bolivia, "el impacto más fuerte se siente sobre los ingresos por exportaciones de zinc, plata y estaño", afirmó Gabriel Dabdoub, presidente de la Confederación de Empresarios Privados.
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