31 octubre 2008

El remolino creciente – Paul Krugman – El Universal, Mx.

El Universal, Mx. , 30/10/2008 (originalmente en NYT)

Los datos económicos raramente inspiran pensamientos poéticos. Pero mientras contemplaba los últimos números, me di cuenta de que tenía a William Butler Yeats dando vueltas en mi mente:

“Girando y girando en el remolino creciente, el halcón no oye al halconero, todo se derrumba, el centro no aguanta”. El remolino creciente, en este caso, serían círculos de realimentación (hasta ahí llegó la poesía) provocando que la crisis financiera se saliera aun más de control.

El desventurado halconero sería, creo yo, Henry Paulson, secretario del departamento del Tesoro de Estados Unidos. Y el remolino continúa creciendo de maneras nuevas y temibles. Incluso cuando Paulson y sus contrapartes en otros países tomaron medidas para rescatar a los bancos, se originaron nuevos desastres en otros frentes.

Algunos de dichos desastres fueron más o menos anticipados. Desde hace algún tiempo los economistas se preguntan por qué los fondos de cobertura no sufrieron más en medio de la carnicería financiera. Tengo la respuesta a su pregunta: los inversionistas están sacando su dinero de dichos fondos, obligando a los administradores de fondos a reunir efectivo con ventas intempestivas de acciones y otros activos.

Pero lo que resulta verdaderamente impactante es la manera en que la crisis se está extendiendo hacia los mercados emergentes, como Rusia, Corea del Sur y Brasil. Dichos países estuvieron en el centro de la última crisis financiera global, a finales de la década de los 90 (lo que aparentaba ser grave en el momento, pero fue un día en la playa comparado con lo que estamos pasando en estos momentos), y respondieron a esa experiencia construyendo enormes fondos de guerra en dólares y euros, que supuestamente debían protegerlos en caso de cualquier emergencia futura.

Y hace no mucho todos hablaban de “desacople”, la supuesta capacidad de las economías de mercados emergentes de mantener el crecimiento incluso si Estados Unidos cae en recesión. “El desacople no es ningún mito”, le aseguraban los economistas a sus lectores en marzo. “De hecho, quizá salve a la economía mundial”.

Eso era entonces. Ahora los mercados emergentes están en graves problemas. De hecho, comentó Stephen Jen, economista en jefe de estrategia de divisas en Morgan Stanley, el “aterrizaje forzoso” de los mercados emergentes quizá se convierta en el “epicentro secundario” de la crisis global (los mercados financieros estadounidenses fueron los primeros).

¿Qué sucedió? En la década de los 90, los gobiernos de mercados emergentes estaban en una situación vulnerable debido a que se habían hecho el hábito de pedir prestado en el extranjero; cuando la afluencia de dólares se terminó, estuvieron al borde del colapso. Desde entonces, han tenido buen cuidado de pedir prestado únicamente a mercados nacionales, al tiempo que acumulan grandes reservas de dólares. No obstante, toda su cautela se fue por la borda como resultado de la ignorancia del sector privado.

En Rusia, por ejemplo, los bancos y las corporaciones corrieron a solicitar préstamos en el extranjero, porque las tasas de interés del dólar eran menores a las del rublo. Por lo tanto, cuando el gobierno ruso estaba acumulando una impresionante reserva de divisas extranjeras, las corporaciones y bancos rusos acumulaban deudas externas igual de impresionantes. Ahora sus líneas de crédito fueron interrumpidas, y se encuentran en una situación desesperada.

De más está decir que los problemas actuales en el sistema bancario, además de los nuevos problemas en los fondos de cobertura y en los mercados emergentes, se refuerzan mutuamente. Las malas noticias traen malas noticias, y el círculo de dolor simplemente sigue haciéndose cada vez más grande.

Entre tanto, legisladores estadounidenses siguen obstaculizando cualquier esfuerzo relacionado con hacer lo necesario para frenar la crisis.

Fue una buena noticia cuando Paulson finalmente accedió a inyectar capital en el sistema bancario a cambio de propiedad parcial. Sin embargo, la semana pasada Joe Nocera, de The Times, señaló una debilidad clave en el plan de rescate de los bancos por parte del departamento del Tesoro de EU: no incluye garantías contra la posibilidad de que los bancos simplemente se sienten en el dinero. “A diferencia del gobierno británico, que está ordenando requerimientos para solicitar préstamos a cambio de inyecciones de capital, nuestro gobierno parece tener miedo de hacer cualquier cosa, menos rogar”. Y, efectivamente, los bancos parecen estar acaparando el dinero.

También están sucediendo cosas extrañas en el mercado hipotecario. Me pareció que el objetivo de la toma de control federal de Fannie Mae y Freddie Mac, los gigantes hipotecarios, era eliminar los temores sobre su solvencia y consiguientemente disminuir las tasas de interés. Sin embargo, altos funcionarios se han dedicado a negar que la deuda de Fannie y Freddie está respaldada por “entera fe y crédito” del gobierno de EU, y como resultado los mercados siguen tratando a la deuda de las agencias como un activo riesgoso, elevando las tasas hipotecarias en un momento en el que deberían estar disminuyendo.

Sospecho que lo que está sucediendo es que la ideología anti gobierno de la administración Bush sigue obstaculizando la toma de medidas efectivas. Los sucesos empujaron a Paulson hacia una nacionalización parcial del sistema financiero, pero se niega a utilizar el poder que implica la propiedad.

Sean cuales fueren las razones de la continua debilidad en materia de políticas, es evidente que la situación no está bajo control. Las cosas siguen viniéndose abajo. (Traducción: Mariana Toledo)

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