CincoDías.com, Cristina de la Sota - Madrid - 21/10/2009
El tirón de Brasil es indiscutible. Cuenta con perspectivas de crecimiento muy superiores a las de otros países emergentes, posee una de las mayores poblaciones del mundo y en los últimos tiempos ha probado que es mucho más que un productor de materias primas. Los inversores lo saben y sólo este año, pese al castigo de ayer, la Bolsa brasileña ha subido un 74,3%, mientras que el real se ha apreciado un 24,5% frente al dólar.
Pero la entrada masiva de divisas extranjeras tiene su lado negativo, algo de lo que, en los últimos años, ha podido dar fe Islandia. Las autoridades brasileñas quieren frenar esta euforia compradora con un impuesto que disuada al inversor extranjero. El objetivo es evitar la creación de burbujas especulativas, así como una apreciación indeseada de la divisa que ponga en jaque las exportaciones del país, una de sus fuentes de crecimiento.
Por ello, desde ayer todo el capital extranjero que entre en Brasil a través de la Bolsa o la renta fija tendrá que pagar un impuesto del 2% por el importe de la inversión. La medida sorprendió al mercado pues nunca antes se había gravado la inversión extranjera en Bolsa y el pasado ejercicio, en plena crisis financiera, el gobierno brasileño eliminó el impuesto del 1,5% que aplicaba a las inversiones en renta fija.
El efecto en los mercados fue inmediato. La Bolsa de Brasil retrocedió un 2,88% en la sesión de ayer, y el real sufrió al depreciarse el 2% frente al dólar.
"Pensamos que el impacto de estas medidas será transitorio. No esperamos medidas más extremas como el control del tipo de cambio o restricciones adicionales en las entradas de dinero", explica Citi. "La medida puede tener impacto en el corto plazo pero difícilmente cambiará el apetito de inversión a largo plazo de los grandes inversores. Creo que si la corrección se prolonga en el tiempo será una buena oportunidad de compra", añade Mariana Akopian, de Hexam Capital.
Las inversiones directas
Las empresas españolas con intereses en el país, no obstante, no deben tener motivos de alarma. El gobierno anunció que las inversiones extranjeras directas quedarán exentas para "proteger la producción nacional, incentivar la vuelta de inversiones y preservar el empleo".
Telefónica, Santander y Repsol son las empresas españolas más relevantes con presencia en Brasil pero no son las únicas. España es el segundo inversor extranjero en este país, detrás de EE UU, y hay un centenar y medio de compañías que ya tienen negocios allí. Empresas de la talla de OHL, Acciona, ACS, o Mapfre están presentes en tierras brasileñas y muchas otras aspiran a desembarcar allí con motivo del Mundial de Fútbol 2014 o las olimpiadas de 2016.
La cifra
74% es la subida que acumula la Bolsa de Brasil en lo que llevamos de año. Es una de las mayores revalorizaciones a nivel mundial.
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