08 abril 2009

Chile - ¿Mejores cifras a la vista? - emol - editorial

Miércoles 08 de Abril de 2009
¿Mejores cifras a la vista? emol, editorial

Como lo anticipaban los resultados de actividad productiva reportados por el INE, el Indicador Mensual de Actividad Económica de febrero registró, respecto de igual mes de 2008, una importante caída: 3,9 por ciento. Variaciones similares en este indicador no se registraban desde abril y mayo de 1999, cuando el retroceso fue de 5,8 y 3,9 por ciento, respectivamente. El dato de febrero nos da, pues, una idea del impacto que está teniendo la crisis internacional en nuestra economía. El ritmo al que ha estado cayendo la actividad está en línea con lo observado en los países industrializados y da cuenta una vez más de la facilidad con que nuestro país "importa" las crisis externas. Es el reflejo de un país con una economía muy abierta y con mecanismos estabilizadores insuficientes. Así, el escenario más probable en los próximos meses es un alza importante en el desempleo. Hay que recordar que los meses de invierno son habitualmente meses de mayor desocupación.

Las autoridades han reconocido el mal desempeño de la economía doméstica, pero esperan mejores perspectivas para el segundo trimestre del año y, sobre todo, para el segundo semestre. Sin duda, ésa es una posibilidad cierta. El mundo entero sufrió una fuerte contracción en el último trimestre de 2008 y el primero de 2009, y comienzan a observarse algunas señales de que lo peor de la crisis estaría quedando atrás. Pero hay todavía mucha incertidumbre respecto de la velocidad a la que se recuperará la economía internacional y también la doméstica. Los sistemas financieros de las principales economías del mundo aún están debilitados; la economía real ha sufrido un retroceso significativo, sobre todo en los países más ricos; la confianza de los consumidores ha experimentado un fuerte deterioro, y el intercambio comercial en el mundo se ha restringido severamente.

Así, la economía global podría mantenerse en una situación deprimida por algunos meses más o, si comienza a recuperarse, el escenario más probable es que lo haga muy gradualmente. Esto podría hacer también lenta la recuperación nacional. Durante mucho tiempo nuestra economía se expandió más rápido que el mundo, pero eso no ha vuelto a ocurrir de modo sistemático desde la crisis asiática. Los shocks de entonces parecen haber afectado negativamente el crecimiento de la productividad total de factores. Éste, que fue clave en el proceso de crecimiento de los 12 años entre 1985 y 1997, se ha visto muy disminuido en los años siguientes. Probablemente, eso se origina en un conjunto de reglas e instituciones que reducen la flexibilidad de nuestra economía, impidiendo que los recursos productivos se trasladen con rapidez desde sectores menos productivos hacia los que lo son más. La fuerte volatilidad macroeconómica que caracteriza a la economía chilena y que sigue siendo relevante, pese a la política fiscal contracíclica y al tipo de cambio flexible, como lo muestra la experiencia de los últimos meses, hace esa inflexibilidad muy costosa desde el punto de vista del progreso económico.

De este modo, si bien no se puede descartar que los próximos trimestres tengan mejores resultados que los observados durante el primero, no hay ninguna garantía de que el dinamismo de la economía chilena vaya a ser especialmente importante. Muchos especialistas tienen la impresión de que después de las crisis las economías crecen rápidamente como resultado de una recuperación automática de los niveles de actividad, pero eso está lejos de ser efectivo. Las capacidades productivas perdidas pueden no recuperarse, sobre todo si no se hacen reformas estructurales significativas. Lamentablemente el país parece haber perdido soporte político para llevar adelante reformas de esta naturaleza.

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