Auge de la economía peruana
No cabe ignorar el buen desempeño de la economía peruana como factor de atracción de nuevas inversiones, que incluyen importantes capitales chilenos. En un mundo globalizado, la diversificación internacional adquiere creciente importancia como fuente de generación de valor para una empresa, y por eso varios grupos empresariales chilenos han optado en los últimos años por extender sus operaciones a terceros países, uno de ellos Perú. Pero es distinto cuando la inversión externa no busca complementar las operaciones locales con actividades en el exterior, sino sustituir inversión doméstica -caso de la reciente decisión del grupo CMPC en cuanto a construir una nueva planta en Perú, en vez de Chile, por sus menores costos de producción-. Mientras lo primero es diversificación, lo segundo es consecuencia de una pérdida de competitividad de la economía chilena.
¿Por qué Perú ha logrado desplazar a Chile como principal foco de atracción económica en esta zona? Los favorables resultados que ese país exhibe hoy son la consecuencia de haber perseverado durante varios años en reformas internas que han modernizado su economía, liberalizando precios y abriéndose al comercio internacional; avanzando hacia una independencia del Banco Central; privatizando el sistema de pensiones y mejorando la institucionalidad regulatoria de sectores bajo supervisión estatal, y sometiéndose a una mayor disciplina fiscal, por citar lo más destacable. Así, Perú está recorriendo un camino similar al que transitó Chile hace algunas décadas, y se encuentra hoy en una fase ascendente. Un estudio publicado en nuestras páginas muestra una sustancial diferencia de costos en su favor, especialmente por energía más barata.
En contraste, Chile da señales de fatiga, lo cual nos está relegando a un segundo plano. Nuestra actual posición en cuanto a ingreso per cápita y nivel de desarrollo general sigue muy por sobre la peruana, lo que se refleja en los rankings internacionales y en la clasificación de riesgo por las agencias especializadas, pero en la competencia por atraer recursos para nuevos negocios Perú nos está dejando atrás. Chile está perdiendo posiciones relativas, y se hace difícil revertir esa tendencia.
Una diferencia importante radica en que, mientras en Chile la autoridad, para no perder popularidad ni romper ciertos equilibrios políticos, plantea un discurso ambivalente, en que la intención de profundizar el modelo en aplicación se manifiesta a la par de ideas que constituyen un evidente retroceso, en Perú predomina un compromiso generalizado con el crecimiento como fundamental para el desarrollo, pese a que, en el corto plazo, eso pueda ser impopular. Así, el propio Presidente García despliega una agenda de promoción de nuevos negocios que lo ha convertido en un verdadero embajador para la gestación de proyectos de inversión.
¿Por qué Perú ha logrado desplazar a Chile como principal foco de atracción económica en esta zona? Los favorables resultados que ese país exhibe hoy son la consecuencia de haber perseverado durante varios años en reformas internas que han modernizado su economía, liberalizando precios y abriéndose al comercio internacional; avanzando hacia una independencia del Banco Central; privatizando el sistema de pensiones y mejorando la institucionalidad regulatoria de sectores bajo supervisión estatal, y sometiéndose a una mayor disciplina fiscal, por citar lo más destacable. Así, Perú está recorriendo un camino similar al que transitó Chile hace algunas décadas, y se encuentra hoy en una fase ascendente. Un estudio publicado en nuestras páginas muestra una sustancial diferencia de costos en su favor, especialmente por energía más barata.
En contraste, Chile da señales de fatiga, lo cual nos está relegando a un segundo plano. Nuestra actual posición en cuanto a ingreso per cápita y nivel de desarrollo general sigue muy por sobre la peruana, lo que se refleja en los rankings internacionales y en la clasificación de riesgo por las agencias especializadas, pero en la competencia por atraer recursos para nuevos negocios Perú nos está dejando atrás. Chile está perdiendo posiciones relativas, y se hace difícil revertir esa tendencia.
Una diferencia importante radica en que, mientras en Chile la autoridad, para no perder popularidad ni romper ciertos equilibrios políticos, plantea un discurso ambivalente, en que la intención de profundizar el modelo en aplicación se manifiesta a la par de ideas que constituyen un evidente retroceso, en Perú predomina un compromiso generalizado con el crecimiento como fundamental para el desarrollo, pese a que, en el corto plazo, eso pueda ser impopular. Así, el propio Presidente García despliega una agenda de promoción de nuevos negocios que lo ha convertido en un verdadero embajador para la gestación de proyectos de inversión.
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