EDITORIAL
Crecimiento con problemas que lo afectan:: 15/03/2008, Clarín.com, B.A.
La economía sigue mostrando un fuerte impulso, sustentado por un aumento aún mayor de la inversión. Pero en un contexto económico e institucional con problemas.
El año pasado el PBI aumentó un 8,7%, sumando cinco años de crecimiento cercano al 9%, un desempeño sin precedentes en la economía nacional. La mayor contribución provino de actividades de servicios; agricultura y ganadería crecieron por encima del promedio y la industria, reflejando en parte los efectos de las restricciones energéticas, un punto menos que el PBI.
La Inversión Bruta Interna Fija aumentó, a su vez, un 14%, por encima del consumo y de las exportaciones, lo cual muestra la continuidad de la capitalización de la economía.
Esta cifra debe ponderarse, no obstante, teniendo en cuenta que en ese rubro aparecen importaciones de teléfonos celulares y otros bienes que no pueden considerarse como capital reproductivo.
El aumento de la actividad se ha traducido, a su vez, en una baja del desempleo, que ha llegado al 7,5% en el último trimestre de 2007, nivel en que se encontraba en 1992, momentos en que iniciaba una enérgica tendencia ascendente.
En el sector agropecuario las noticias no son tan buenas, dado que el Gobierno ha decidido aumentar las retenciones a varios productos de exportación. Esta medida, destinada a desacoplar los precios internos de los externos, va a capturar una porción significativa de los ingresos agrícolas generados por el aumento de los precios internacionales, proporcionando un significativo ingreso al Fisco.
Es de esperar que el mayor ingreso fiscal contribuya al financiamiento de políticas de estímulo al aumento de la oferta de bienes y de energía, para enfrentar la raíz de las presiones inflacionarias y no afectar aún más la rentabilidad del agro.
Cabe preguntarse, entonces, cuanto más elevada habrían sido la inversión y el crecimiento, de no mediar los desincentivos a la exportación y los problemas energéticos e institucionales existentes.
En el área energética, el Gobierno ha prometido que no habrá restricciones en el año que corre, pero al costo de pagar más caro el combustible importado y de sostener subsidios como compensación al sostenimiento de los precios de la energía al consumidor. Para reducir esos costos y reducir las distorsiones de mercado, es necesario intensificar las inversiones en la generación y transporte.
En lo institucional, sigue operando la desconfianza que despiertan las intervenciones gubernamentales en el manejo del INDEC. En estos días se evalúa, precisamente, la consistencia de un nuevo índice de precios al consumidor que ha generado cuestionamientos porque reflejaría un arco estrecho de los consumos.
Es necesario reconocer que la manipulación de los indicadores no modifica la realidad ni la percepción que la ciudadanía tiene de la misma, y que la falta de confianza en el organismo estadístico tiene costos difíciles de cuantificar pero seguramente importantes.
La intervención en el INDEC es, por lo demás, parte de una política de presiones y confrontación que se ha manifestado en los recientes acuerdos de precios de la carne y en las relaciones oficiales con el campo.
Esta orientación, además de tener en el mejor de los casos beneficios de corto plazo, proporciona una perniciosa docencia sobre la sociedad en la medida que valida procedimientos reñidos con los principios de negociación y búsqueda de consensos que tanto escasean en la Argentina.
El crecimiento de la economía en 2007 volvió a ser elevado, así como la inversión. Hubo una importante contribución de los servicios. Está afectado por problemas económicos, como el costo de la escasez de energía, e institucionales, vinculados con la manipulación del INDEC el recurso a las presiones en negociaciones con empresarios.
Crecimiento con problemas que lo afectan:: 15/03/2008, Clarín.com, B.A.
La economía sigue mostrando un fuerte impulso, sustentado por un aumento aún mayor de la inversión. Pero en un contexto económico e institucional con problemas.
El año pasado el PBI aumentó un 8,7%, sumando cinco años de crecimiento cercano al 9%, un desempeño sin precedentes en la economía nacional. La mayor contribución provino de actividades de servicios; agricultura y ganadería crecieron por encima del promedio y la industria, reflejando en parte los efectos de las restricciones energéticas, un punto menos que el PBI.
La Inversión Bruta Interna Fija aumentó, a su vez, un 14%, por encima del consumo y de las exportaciones, lo cual muestra la continuidad de la capitalización de la economía.
Esta cifra debe ponderarse, no obstante, teniendo en cuenta que en ese rubro aparecen importaciones de teléfonos celulares y otros bienes que no pueden considerarse como capital reproductivo.
El aumento de la actividad se ha traducido, a su vez, en una baja del desempleo, que ha llegado al 7,5% en el último trimestre de 2007, nivel en que se encontraba en 1992, momentos en que iniciaba una enérgica tendencia ascendente.
En el sector agropecuario las noticias no son tan buenas, dado que el Gobierno ha decidido aumentar las retenciones a varios productos de exportación. Esta medida, destinada a desacoplar los precios internos de los externos, va a capturar una porción significativa de los ingresos agrícolas generados por el aumento de los precios internacionales, proporcionando un significativo ingreso al Fisco.
Es de esperar que el mayor ingreso fiscal contribuya al financiamiento de políticas de estímulo al aumento de la oferta de bienes y de energía, para enfrentar la raíz de las presiones inflacionarias y no afectar aún más la rentabilidad del agro.
Cabe preguntarse, entonces, cuanto más elevada habrían sido la inversión y el crecimiento, de no mediar los desincentivos a la exportación y los problemas energéticos e institucionales existentes.
En el área energética, el Gobierno ha prometido que no habrá restricciones en el año que corre, pero al costo de pagar más caro el combustible importado y de sostener subsidios como compensación al sostenimiento de los precios de la energía al consumidor. Para reducir esos costos y reducir las distorsiones de mercado, es necesario intensificar las inversiones en la generación y transporte.
En lo institucional, sigue operando la desconfianza que despiertan las intervenciones gubernamentales en el manejo del INDEC. En estos días se evalúa, precisamente, la consistencia de un nuevo índice de precios al consumidor que ha generado cuestionamientos porque reflejaría un arco estrecho de los consumos.
Es necesario reconocer que la manipulación de los indicadores no modifica la realidad ni la percepción que la ciudadanía tiene de la misma, y que la falta de confianza en el organismo estadístico tiene costos difíciles de cuantificar pero seguramente importantes.
La intervención en el INDEC es, por lo demás, parte de una política de presiones y confrontación que se ha manifestado en los recientes acuerdos de precios de la carne y en las relaciones oficiales con el campo.
Esta orientación, además de tener en el mejor de los casos beneficios de corto plazo, proporciona una perniciosa docencia sobre la sociedad en la medida que valida procedimientos reñidos con los principios de negociación y búsqueda de consensos que tanto escasean en la Argentina.
El crecimiento de la economía en 2007 volvió a ser elevado, así como la inversión. Hubo una importante contribución de los servicios. Está afectado por problemas económicos, como el costo de la escasez de energía, e institucionales, vinculados con la manipulación del INDEC el recurso a las presiones en negociaciones con empresarios.
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