14 diciembre 2007

CEPAL | Chile 2007

Fuente: CEPAL 'Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe 2007'
Diciembre 2007
Original: Archivo PDF, 2.5 MB, 219 páginas. Enlace click aquí.

Chile

Páginas 112 - 115

En 2007 el crecimiento de la economía chilena se aceleró en relación con el 4% registrado el año precedente, y se estima que el PIB mostrará una expansión cercana al 5,3%. A estas cifras contribuyó el considerable dinamismo de la mayoría de los componentes de la demanda interna, encabezados por un incremento de la inversión de alrededor de un 12%, que representa un repunte en comparación con los bajos niveles del 2006. Este desempeño fue complementado por un persistente aumento de las exportaciones, gracias a la elevada demanda mundial de los principales bienes de exportación (cobre, molibdeno, celulosa, metanol, salmón). El consumo privado siguió expandiéndose, sustentado por un activo mercado laboral, en tanto que el consumo público se elevó poco menos de un 8,5%, lo que concuerda con lo estipulado en la ley de presupuestos.
Por otra parte, los riesgos que se materializaron en los entornos externo e interno complicaron el manejo macroeconómico. En primer lugar, el auge de los precios internacionales de los productos básicos, que favoreció a varios productos de exportación, se reflejó en alzas del costo de ciertos bienes gravitantes en los precios internos: combustibles, trigo, maíz y leche. Este efecto se acentuó por la crudeza del invierno, el peor en muchos años, que incidió negativa y significativamente en la oferta de frutas y hortalizas, lo que se tradujo en alzas de precios muy marcadas, aunque transitorias. Además, la elevación del costo de los combustibles y la situación de escasez energética condujeron a aumentos de los precios regulados. Como consecuencia, los índices inflacionarios, tanto coyunturales como de tendencia, registraron alzas notorias e inesperadas a partir de abril, por lo que en octubre la inflación en los últimos 12 meses ascendía a un 6,5%, porcentaje que supera el rango meta fijado por el Banco Central.
En segundo lugar, la crisis del mercado hipotecario en Estados Unidos se tradujo inicialmente en un aumento de las primas de riesgo país en las economías emergentes, cuyo
112

efecto para Chile fue más bien acotado gracias a que el país se encuentra en buenas condiciones para enfrentar turbulencias de esa índole. No obstante, las medidas adoptadas por la autoridad monetaria estadounidense para hacer frente a la crisis, consistente entre otras cosas en reducciones de la tasa de interés, amplió el margen positivo entre la tasa vigente en Chile y las externas. Esto condujo a una mayor apreciación de la moneda nacional con respecto al dólar, fenómeno que ha erosionado la competitividad de los productos que rivalizan con las importaciones y la de algunos rubros de exportación.
En tercer término, el desencadenamiento de conflictos laborales afectó a la producción minera estatal y privada, como también a la de algunas agroindustrias y empresas forestales. En el caso de la Corporación Nacional del Cobre (CODELCO) se estima que los conflictos se reflejarán en un aumento de los costos y una disminución de la capacidad de generación de excedentes.

Por último, en el mes de julio se impusieron severas restricciones a los envíos de gas natural proveniente de Argentina, lo que no afectó significativamente la generación de electricidad, gracias a que numerosas plantas en las que se empleaba gas natural ya están en condiciones de funcionar con gasóleo o diésel. De todas maneras, se elevó el costo de la generación termoeléctrica de energía y se redujo su valor agregado. Por otra parte, la producción y exportación de metanol, cuyo principal insumo es el gas natural, se vio afectada y cabe prever que la situación se prolongue.
Pese a estos hechos negativos, la base de la economía chilena sigue siendo sólida y caracterizándose por una gran solvencia fiscal, un cauto manejo de la macroeconomía y un persistente dinamismo de los mercados de las principales exportaciones, que además son diversificados. Por consiguiente, se trata de una economía que se encuentra en buenas condiciones de enfrentar fluctuaciones externas. Los principales factores exógenos de riesgo son la evolución de los precios del petróleo y la extensión a otras economías desarrolladas de los efectos de una posible contracción de la actividad en Estados Unidos. En el plano interno, una potencial fuente de peligro es la posible exacerbación de los conflictos laborales y políticos en un año de elecciones como el 2008 aunque, a la luz del repunte de los niveles de inversión que permitirá sustentar la oferta y del continuo mejoramiento de los mercados laborales que impulsan el consumo, la mayoría de los analistas prevé para 2008 un crecimiento del PIB en un rango centrado en el 5,0% anual.
En el plano de las principales políticas predominó la continuidad en términos de orientación, aunque se produjeron algunos cambios en cuanto a los parámetros que las rigen. La política fiscal siguió apuntando al logro de un superávit estructural, objetivo fijado en un
113


1% del PIB hasta 2007 y que en 2008 se reduciría a un 0,5% de ese indicador, lo que, conjugado con un alza relativa de los ingresos estructurales provenientes del cobre, seguirá estimulando la actividad económica. Se estima que en 2007 la expansión real del gasto será de un 8,5%, en tanto que el superávit efectivo fluctuará en torno al 7% del PIB.
En materia de política monetaria, las autoridades siguieron tratando de mantener la inflación dentro de un rango de un 2% un a 4% anual, objetivo que según el Banco Central se aplica a un horizonte de mediano plazo, es decir a un período de 18 a 24 meses. Las sorpresivas aceleraciones de la inflación a partir de abril se tradujeron en incrementos sucesivos, de 25 puntos base, de la tasa de política monetaria en julio, agosto y septiembre, por lo que esta ascendió a un 5,75%. Dicha tasa se ha mantenido invariable desde octubre, debido al relativo descenso del dinamismo de la actividad económica, de evidencias de baja propagación de las alzas de precios a otros productos y a los salarios internos, y de que las expectativas de inflación a mediano plazo se mantuvieron estables en un 3% anual. No se descarta la posibilidad de nuevos aumentos de tasas si las alzas de precios de algunos bienes (alimentos, combustibles) inciden en otros precios y salarios, y si estas variaciones llegan a modificar las expectativas. Además, según el Banco Central la tasa de política monetaria se encuentra un nivel inferior al de una tasa neutral, por lo que en la práctica estimularía la demanda, lo que no permite descartar implícitamente la posibilidad de alzas futuras.
CHILE: PRINCIPALES INDICADORES ECONÓMICOS
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a Estimaciones preliminares.
b Variación en 12 meses hasta noviembre de 2007.
c Índice general de remuneraciones por hora.
d Estimación basada en datos de enero a septiembre.
e Variación en 12 meses hasta octubre de 2007.
f Una tasa negativa significa una apreciación real.
g Variación del promedio de enero a octubre de 2007 respecto del mismo período del año anterior.
h Estimación basada en datos de enero a octubre.
i Datos anualizados promedio de enero a noviembre



En el contexto de una política de flotación cambiaria, alta integración de los mercados internacionales y bajo riesgo país, la pérdida de valor del dólar estadounidense en relación con otras monedas de reserva, el mejoramiento de los términos del intercambio y la necesidad del Estado de vender una mayor proporción de sus ingresos en dólares para solventar el incremento del gasto permitiría que el peso siguiera apreciándose. La tendencia se acentuó en septiembre debido a la ampliación de la brecha entre las tasas de instancia monetaria interna y externa luego de la decisión del Banco Central de aumentarlas y de la Reserva Federal de Estados Unidos de reducirlas. Las tendencias del mercado cambiario en noviembre de 2007 no permiten prever cambios significativos en este cuadro, aunque según el Banco Central no se puede afirmar que exista una clara desalineación del tipo de cambio real con respecto a su valor de equilibrio. En suma, debido a la mayor actividad económica y los choques inflacionarios, en conjunto con la tendencia mundial al descenso del valor del dólar estadounidense, la política monetaria y cambiaria deberá seguir haciendo frente al
114


desafío de mantener un delicado equilibrio entre los objetivos inflacionarios y la preservación de la competitividad de la economía.
Como reflejo del dinamismo que ha mostrado la economía en los últimos años, el mercado laboral registró durante el tercer trimestre las tasas de desempleo más bajas de la década, junto con acusar un marcado aumento del empleo asalariado formal. En promedio, en 2007 la tasa de desempleo se situará en un 7,0%, valor que se compara favorablemente con el 7,8% anual registrado en 2006.
En el primer semestre de 2007, el quántum de las exportaciones mostró un incremento de un 13,6% en 12 meses, encabezado por las mineras (18,9%) y las agropecuarias (6,5%). En el mismo período, el volumen de las importaciones tuvo una expansión de un 17,5%, que obedece en su mayor parte a la compra de bienes de capital (20,5%) y bienes intermedios (19,6%). Los precios de las exportaciones aumentaron un 4,2% y los de las importaciones un 2%, lo que permite prever un efecto positivo de los términos del intercambio. Por consiguiente, la cuenta corriente de la balanza de pagos continúa registrando un superávit, cuyo valor en el conjunto del año se proyecta como equivalente a un 5,4% del PIB. Las reservas internacionales del Banco Central ascendían a 16.200 millones de dólares en octubre de 2007.
115

No hay comentarios.: