20 diciembre 2007

CEPAL | Bolivia 2007 Economía.

CEPAL Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe 2007.

Páginas 103 - 106
Bolivia

En 2007 el PIB creció a un ritmo del 3,8%, cifra algo menor que la lograda en 2006. En el primer semestre de ese año, la tasa de incremento del PIB fue de un 3,2% con respecto al mismo período de 2006. Pese a que algunas actividades tuvieron una evolución muy positiva en el primer semestre, como en el caso de la construcción (7,5%), el transporte y almacenamiento (5,6%), y la industria manufacturera (4,5%), hubo variaciones negativas en el sector agrícola, silvicultura, caza y pesca (-1,6%) y minerales metálicos y no metálicos (-4,3%). En el primero de estos, tal resultado se explica por las inundaciones que en febrero y marzo afectaron a los departamentos orientales del país, causando daños totales estimados por la CEPAL en 443 millones de dólares.5 En el caso de la industria minera, el retroceso es atribuible principalmente al conflicto social ocurrido en la mina de Huanuni, que provocó una caída notable de la producción de estaño. Sin embargo, para el segundo semestre se espera una recuperación de la actividad minera, impulsada por las primeras exportaciones procedentes de la mina de San Cristóbal, efectuadas en el mes de octubre.

Después de cerrar el año 2006 con una inflación anual de un 4,95%, se estima que en 2007 se llegaría a una cifra cercana al 12%, debido sobre todo al alza de los precios de los alimentos (carne y harina de trigo, especialmente). De nuevo una parte significativa de estos incrementos es imputable a las inclemencias meteorológicas ocasionadas en el primer trimestre del año por el fenómeno de El Niño, que ha afectado a los departamentos orientales con inundaciones, así como por el de La Niña, que causó sequías en el Altiplano, a lo cual se agrega el aumento del precio del trigo en los mercados internacionales. No obstante, medidas

5 Véase CEPAL, Estudio económico de América Latina y el Caribe 2006-2007 (LC/G.2338-P/E), Santiago de Chile, junio de 2007. Publicación de las Naciones Unidas, Nº de venta: S.07.II.G.2.
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tomadas por el gobierno en el segundo semestre (entre otras, una suspensión de los aranceles de importación para la carne y el trigo) ayudaron a moderar tales tendencias en la segunda mitad del año.

Asimismo, las políticas del banco central han apuntado a contrarrestar las presiones inflacionarias. Es indicativo de la abundante liquidez el hecho de que entre septiembre de 2006 y septiembre de 2007 el circulante (M1) aumentó un 63,5%. El banco central incrementó el volumen y prolongó los plazos de vencimiento de las operaciones de mercado abierto (OMA) con el fin de profundizar la política de control de la liquidez y reducir el riesgo de reabsorción por la concentración de vencimientos. Por consiguiente, las tasas de rendimiento de los títulos públicos en moneda nacional a 13 semanas subieron de 4,81% a 7,05% en un año. Para contener las presiones inflacionarias externas, el Banco Central de Bolivia hizo uso de la política cambiaria y así apreció la moneda nacional de manera más dinámica (3% entre los meses de septiembre de 2006 y de 2007). Asimismo, se elevó a un 1% la tarifa por transferencias de fondos del exterior, con el propósito de evitar la entrada de capitales especulativos que podrían generar mayor liquidez en la economía; esta medida no incluye las transacciones realizadas a través del banco central por las empresas exportadoras.

BOLIVIA: PIB E INFLACIÓN

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.

Con respecto a la política fiscal, una apreciación somera de los datos correspondientes a los primeros tres trimestres de 2007 en relación con el mismo período de 2006 indicaría que ha sido expansiva, con un aumento del gasto del SPNF de un 21,1% a un 27,8% del PIB. Sin embargo, dichas cifras no son directamente comparables, ya que en 2007 se incorporaron al sector público las operaciones al mayoreo de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y de las empresas Empresa Metalúrgica Vinto y Huanuni, que fueron nacionalizadas. Si se descuenta el efecto de estas incorporaciones en las cuentas públicas, el aumento del gasto total resulta más modesto, con una variación equivalente a solo un 0,8% del PIB. Para analizar la postura fiscal y su incidencia en la inflación también habría que tener en cuenta el hecho de que las cuentas fiscales, si bien en magnitud algo menor que el año anterior, siguen registrando un superávit: frente a una cifra de 6,3% en los primeros ocho meses de 2006, el balance del SPNF muestra un superávit global acumulado de 3,9% del PIB a septiembre de 2007. En cuanto al endeudamiento externo, las arcas públicas siguen beneficiándose de los procesos iniciados bajo la Iniciativa para la reducción de la deuda de los países pobres muy endeudados (HIPC II). En junio de 2007 se hizo efectiva la condonación de un paquete de deuda con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), por un total de 1.171 millones de dólares, lo que redujo el endeudamiento acumulado a 2.094 millones de dólares en septiembre de 2007.
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El Gobierno de Bolivia sigue dando prioridad a la inversión en el sector social, especialmente en la construcción de hospitales, con varios programas que promueven la salud y la educación. Entre 2005 y 2006, el gasto social aumentó un 34% y se espera un incremento parecido para el 2007. Sin embargo, la tasa de inversión en el sector productivo de la economía aún permanece baja: un 3% del PIB por parte del sector privado y tan solo un 5% a 7% por parte del sector público en 2006. Si bien es cierto que la baja tasa de inversión es un problema que el país arrastra desde hace décadas, bajo tales circunstancias será difícil sostener la tasa de crecimiento. Por lo tanto, el gobierno está adoptando medidas para incentivar la inversión, entre las que figura una mayor participación del sector público. Esto permite prever para el 2007 un aumento del 68% en términos nominales del gasto público en capital.
En cuanto al sector externo, el desempeño de los últimos tres años se mantuvo, registrándose un superávit en la cuenta corriente de 698.9 millones de dólares en el primer semestre de 2007. Si persiste la misma tendencia observada en el segundo semestre de 2006 se puede esperar una balanza positiva mayor que la de ese año, cuando llegó a 1.319 millones de dólares (equivalente a un 11,9% del PIB). En tal contexto, a finales de 2007 se estima que las reservas internacionales superarán los 5.000 millones de dólares, suma que representa unos 18 meses de importaciones.




BOLIVIA: PRINCIPALES INDICADORES ECONÓMICOS
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a Estimaciones preliminares.
b Variación en 12 meses hasta noviembre de 2007.
c Variación en 12 meses hasta septiembre de 2007.
d Una tasa negativa significa una apreciación real.
e Variación del promedio de enero a octubre de 2007 respecto del mismo período del año anterior.
f Promedio anual de las tasas en dólares.
g Datos anualizados, promedio de enero a octubre.

En el primer semestre de 2006, las importaciones de bienes totalizaron 1.543 millones de dólares cif, monto mayor en 10,1% que el de similar período de 2006, habiéndose registrado aumentos de las importaciones de bienes de consumo (17,6%), intermedios (8,1%) y de capital (6,5%). Las exportaciones de bienes se expandieron un 8%, favorecidas por el entorno internacional en el que nuevamente los productos básicos registraron alzas de precios, en particular los minerales y algunos bienes agrícolas, lo que se tradujo en una disminución del superávit en la cuenta comercial. La inversión extranjera directa (IED) neta ascendió a 95 millones de dólares en el primer semestre de 2007, lo que se compara con tan solo 12 millones en el primer semestre de 2006.

La generación de empleo exhibió incrementos en el sector de la minería y, en menor medida, en el rubro de la construcción. Sin embargo, a escala nacional, el índice no muestra grandes cambios. El gobierno ha implementado varias medidas para fomentar el empleo en las pequeñas y medianas empresas, por ejemplo a través del Banco de Desarrollo Productivo. No obstante, pasará algún tiempo antes de que estas iniciativas surtan efecto.
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En 2008, según el banco central, la recuperación de la actividad agrícola, las nuevas inversiones en el sector de los hidrocarburos, el incremento de la producción en los proyectos mineros de San Cristóbal y San Bartolomé, y el inicio de las construcciones en el proyecto minero de El Mutún serán los principales motores de crecimiento.
La CEPAL estima una tasa de crecimiento de 4,0% para 2008. Sin embargo, este resultado queda sujeto a la superación de la inestabilidad política que se observó en el año 2007.
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14 diciembre 2007

CEPAL | Chile 2007

Fuente: CEPAL 'Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe 2007'
Diciembre 2007
Original: Archivo PDF, 2.5 MB, 219 páginas. Enlace click aquí.

Chile

Páginas 112 - 115

En 2007 el crecimiento de la economía chilena se aceleró en relación con el 4% registrado el año precedente, y se estima que el PIB mostrará una expansión cercana al 5,3%. A estas cifras contribuyó el considerable dinamismo de la mayoría de los componentes de la demanda interna, encabezados por un incremento de la inversión de alrededor de un 12%, que representa un repunte en comparación con los bajos niveles del 2006. Este desempeño fue complementado por un persistente aumento de las exportaciones, gracias a la elevada demanda mundial de los principales bienes de exportación (cobre, molibdeno, celulosa, metanol, salmón). El consumo privado siguió expandiéndose, sustentado por un activo mercado laboral, en tanto que el consumo público se elevó poco menos de un 8,5%, lo que concuerda con lo estipulado en la ley de presupuestos.
Por otra parte, los riesgos que se materializaron en los entornos externo e interno complicaron el manejo macroeconómico. En primer lugar, el auge de los precios internacionales de los productos básicos, que favoreció a varios productos de exportación, se reflejó en alzas del costo de ciertos bienes gravitantes en los precios internos: combustibles, trigo, maíz y leche. Este efecto se acentuó por la crudeza del invierno, el peor en muchos años, que incidió negativa y significativamente en la oferta de frutas y hortalizas, lo que se tradujo en alzas de precios muy marcadas, aunque transitorias. Además, la elevación del costo de los combustibles y la situación de escasez energética condujeron a aumentos de los precios regulados. Como consecuencia, los índices inflacionarios, tanto coyunturales como de tendencia, registraron alzas notorias e inesperadas a partir de abril, por lo que en octubre la inflación en los últimos 12 meses ascendía a un 6,5%, porcentaje que supera el rango meta fijado por el Banco Central.
En segundo lugar, la crisis del mercado hipotecario en Estados Unidos se tradujo inicialmente en un aumento de las primas de riesgo país en las economías emergentes, cuyo
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efecto para Chile fue más bien acotado gracias a que el país se encuentra en buenas condiciones para enfrentar turbulencias de esa índole. No obstante, las medidas adoptadas por la autoridad monetaria estadounidense para hacer frente a la crisis, consistente entre otras cosas en reducciones de la tasa de interés, amplió el margen positivo entre la tasa vigente en Chile y las externas. Esto condujo a una mayor apreciación de la moneda nacional con respecto al dólar, fenómeno que ha erosionado la competitividad de los productos que rivalizan con las importaciones y la de algunos rubros de exportación.
En tercer término, el desencadenamiento de conflictos laborales afectó a la producción minera estatal y privada, como también a la de algunas agroindustrias y empresas forestales. En el caso de la Corporación Nacional del Cobre (CODELCO) se estima que los conflictos se reflejarán en un aumento de los costos y una disminución de la capacidad de generación de excedentes.

Por último, en el mes de julio se impusieron severas restricciones a los envíos de gas natural proveniente de Argentina, lo que no afectó significativamente la generación de electricidad, gracias a que numerosas plantas en las que se empleaba gas natural ya están en condiciones de funcionar con gasóleo o diésel. De todas maneras, se elevó el costo de la generación termoeléctrica de energía y se redujo su valor agregado. Por otra parte, la producción y exportación de metanol, cuyo principal insumo es el gas natural, se vio afectada y cabe prever que la situación se prolongue.
Pese a estos hechos negativos, la base de la economía chilena sigue siendo sólida y caracterizándose por una gran solvencia fiscal, un cauto manejo de la macroeconomía y un persistente dinamismo de los mercados de las principales exportaciones, que además son diversificados. Por consiguiente, se trata de una economía que se encuentra en buenas condiciones de enfrentar fluctuaciones externas. Los principales factores exógenos de riesgo son la evolución de los precios del petróleo y la extensión a otras economías desarrolladas de los efectos de una posible contracción de la actividad en Estados Unidos. En el plano interno, una potencial fuente de peligro es la posible exacerbación de los conflictos laborales y políticos en un año de elecciones como el 2008 aunque, a la luz del repunte de los niveles de inversión que permitirá sustentar la oferta y del continuo mejoramiento de los mercados laborales que impulsan el consumo, la mayoría de los analistas prevé para 2008 un crecimiento del PIB en un rango centrado en el 5,0% anual.
En el plano de las principales políticas predominó la continuidad en términos de orientación, aunque se produjeron algunos cambios en cuanto a los parámetros que las rigen. La política fiscal siguió apuntando al logro de un superávit estructural, objetivo fijado en un
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1% del PIB hasta 2007 y que en 2008 se reduciría a un 0,5% de ese indicador, lo que, conjugado con un alza relativa de los ingresos estructurales provenientes del cobre, seguirá estimulando la actividad económica. Se estima que en 2007 la expansión real del gasto será de un 8,5%, en tanto que el superávit efectivo fluctuará en torno al 7% del PIB.
En materia de política monetaria, las autoridades siguieron tratando de mantener la inflación dentro de un rango de un 2% un a 4% anual, objetivo que según el Banco Central se aplica a un horizonte de mediano plazo, es decir a un período de 18 a 24 meses. Las sorpresivas aceleraciones de la inflación a partir de abril se tradujeron en incrementos sucesivos, de 25 puntos base, de la tasa de política monetaria en julio, agosto y septiembre, por lo que esta ascendió a un 5,75%. Dicha tasa se ha mantenido invariable desde octubre, debido al relativo descenso del dinamismo de la actividad económica, de evidencias de baja propagación de las alzas de precios a otros productos y a los salarios internos, y de que las expectativas de inflación a mediano plazo se mantuvieron estables en un 3% anual. No se descarta la posibilidad de nuevos aumentos de tasas si las alzas de precios de algunos bienes (alimentos, combustibles) inciden en otros precios y salarios, y si estas variaciones llegan a modificar las expectativas. Además, según el Banco Central la tasa de política monetaria se encuentra un nivel inferior al de una tasa neutral, por lo que en la práctica estimularía la demanda, lo que no permite descartar implícitamente la posibilidad de alzas futuras.
CHILE: PRINCIPALES INDICADORES ECONÓMICOS
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a Estimaciones preliminares.
b Variación en 12 meses hasta noviembre de 2007.
c Índice general de remuneraciones por hora.
d Estimación basada en datos de enero a septiembre.
e Variación en 12 meses hasta octubre de 2007.
f Una tasa negativa significa una apreciación real.
g Variación del promedio de enero a octubre de 2007 respecto del mismo período del año anterior.
h Estimación basada en datos de enero a octubre.
i Datos anualizados promedio de enero a noviembre



En el contexto de una política de flotación cambiaria, alta integración de los mercados internacionales y bajo riesgo país, la pérdida de valor del dólar estadounidense en relación con otras monedas de reserva, el mejoramiento de los términos del intercambio y la necesidad del Estado de vender una mayor proporción de sus ingresos en dólares para solventar el incremento del gasto permitiría que el peso siguiera apreciándose. La tendencia se acentuó en septiembre debido a la ampliación de la brecha entre las tasas de instancia monetaria interna y externa luego de la decisión del Banco Central de aumentarlas y de la Reserva Federal de Estados Unidos de reducirlas. Las tendencias del mercado cambiario en noviembre de 2007 no permiten prever cambios significativos en este cuadro, aunque según el Banco Central no se puede afirmar que exista una clara desalineación del tipo de cambio real con respecto a su valor de equilibrio. En suma, debido a la mayor actividad económica y los choques inflacionarios, en conjunto con la tendencia mundial al descenso del valor del dólar estadounidense, la política monetaria y cambiaria deberá seguir haciendo frente al
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desafío de mantener un delicado equilibrio entre los objetivos inflacionarios y la preservación de la competitividad de la economía.
Como reflejo del dinamismo que ha mostrado la economía en los últimos años, el mercado laboral registró durante el tercer trimestre las tasas de desempleo más bajas de la década, junto con acusar un marcado aumento del empleo asalariado formal. En promedio, en 2007 la tasa de desempleo se situará en un 7,0%, valor que se compara favorablemente con el 7,8% anual registrado en 2006.
En el primer semestre de 2007, el quántum de las exportaciones mostró un incremento de un 13,6% en 12 meses, encabezado por las mineras (18,9%) y las agropecuarias (6,5%). En el mismo período, el volumen de las importaciones tuvo una expansión de un 17,5%, que obedece en su mayor parte a la compra de bienes de capital (20,5%) y bienes intermedios (19,6%). Los precios de las exportaciones aumentaron un 4,2% y los de las importaciones un 2%, lo que permite prever un efecto positivo de los términos del intercambio. Por consiguiente, la cuenta corriente de la balanza de pagos continúa registrando un superávit, cuyo valor en el conjunto del año se proyecta como equivalente a un 5,4% del PIB. Las reservas internacionales del Banco Central ascendían a 16.200 millones de dólares en octubre de 2007.
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