31 marzo 2008

Jefe de la Cepal ve impacto "menor" en América Latina por recesión de EEUU | El Universal

Jefe de la Cepal ve impacto "menor" en América Latina por recesión de EEUU
Fuente: El Universal, Caracas, 31/0/2008.


Santiago.- La economía de América Latina tendrá un impacto "relativamente menor" de una esperada recesión "suave" en Estados Unidos, dijo el jefe de la Cepal, José Luis Machinea, quien reiteró un pronóstico de crecimiento para la región de un 4,5 por ciento en el 2008, menor que los cálculos iniciales.

"Estamos pensando en una recesión suave (en Estados Unidos), creemos que va a haber una desaceleración en Europa y también algún impacto en China. En ese contexto (...) estamos previendo que va a haber un impacto en la región, pero relativamente menor", dijo Machinea hoy en el Foro de Reuters sobre Inversión en América Latina.

La Cepal había estimado en diciembre pasado un crecimiento para América Latina de un 4,9 por ciento en el 2008, pero a fines de enero Machinea adelantó a Reuters que el crecimiento se ubicaría cerca de un 4,5 por ciento este año, sin detallar los pronósticos por país.

El mayor impacto de una recesión en Estados Unidos lo sentirían México y América Central, debido al fuerte vínculo comercial y las remesas provenientes de la mayor economía mundial.

Machinea recortó su proyección de crecimiento de México a un 2,7 por ciento en el 2008, desde un 3,3 por ciento. En el caso de Centroamérica, bajó su cálculo de expansión en medio punto porcentual a un 5,2 por ciento.

Machinea también redujo su proyección de crecimiento de Brasil a un 4,8 por ciento en el 2008 desde un 5,0 por ciento, mientras que para Chile maneja un rango de entre un 4,5 a un 5,0 por ciento, desde una estimación previa de 5,0 por ciento.

El jefe de la Cepal recalcó que el sistema financiero de América Latina se encuentra sólido para enfrentar las turbulencias globales.


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28 marzo 2008

ONU asegura crecimiento de China en 2008... Terra.es

"ONU asegura crecimiento China en 2008 será mayor que cifra oficial gobierno"

Fuente: Terra.es, 27/03/2008

La economía china mantendrá un crecimiento por encima de los dos dígitos durante 2008, según asegura el último informe de Naciones Unidas (ONU), a pesar de las turbulencias financieras y de la desaceleración anunciada por el propio Gobierno chino, que pronostica un avance de sólo el 8 por ciento.

El documento elaborado por la Comisión Económica y Social de la ONU para la región de Asia-Pacífico (ESCAP, en sus siglas en inglés) vaticina un crecimiento de la economía china para este año del 10,7 por ciento, siete décimas por debajo del resultado cosechado en 2007 (11,4 por ciento).

El texto, titulado 'Crecimiento Sostenible y Prosperidad Compartida', señala que el gigante asiático conseguirá sortear con solvencia las consecuencias de la crisis hipotecaria en Estados Unidos con firmeza gracias, sobre todo, a la incipiente demanda interior.

Las exportaciones serán otro caballo de batalla importante: el previsible parón de la economía norteamericana ya incide en un menor numero de sus compras exteriores y, por tanto, de una superior importancia de la Unión Europea en el comercio exterior chino.

En caso de una recesión económica en EEUU y una depreciación mayor del dólar -el peor escenario dibujado por los analistas-, 'el impacto en China no sería tan significativo como en otros países de la región Asia-Pacífico', como sí sucedería, por ejemplo, en Taiwán y Corea del Sur.

Las optimistas previsiones de Naciones Unidas contrastan con la moderación anunciada por las propias autoridades chinas para este año.

Pekín achaca esta diferencia al coste que para el desarrollo chino supondrá adaptarse correctamente al entorno medioambiental, uno de los nuevos ejes de la política económica del gigante asiático, que acumula 16 de las 20 ciudades más contaminadas del mundo.

De hecho, el organismo de la ONU advierte de que 'el efecto desestabilizador del crecimiento en el medio ambiente' es cada vez más evidente en China y menciona como preocupante la pérdida de 'ocho millones de tierras arables en favor de la industria y de construcciones' en la última década.

El primer ministro chino, Wen Jiabao, explicó en el discurso de apertura de la reciente Asamblea Nacional Popular (ANP, Legislativo) que 'el objetivo de crecimiento del IPC para 2008 es del 4,8 por ciento, invariable con respecto al crecimiento real de 2007, del 4,8 por ciento, mientras que el del Producto Interior Bruto (PIB) es del 8 por ciento'.

Wen advirtió que 2008 será 'el año más complicado' para la economía china a causa de las incertidumbres en los mercados internacionales y en el propio mercado chino.

Y es que el mayor reto al que se enfrenta China en 2008 es la inflación, que en 2007 alcanzó cifras récord del 4,8 por ciento y que en 2008 se está superando (8,7 por ciento en el dato de febrero).

El informe de Naciones Unidas vaticina un encarecimiento de los precios del 3,5 por ciento, 'una cifra que se calculó antes del temporal de nevadas, por lo que es probable que se deba actualizar, aunque confiamos en que no termine siendo mucho mayor', reconoció el economista de la ESCAP que presentó el estudio, Shuvojit Banerjee.

Según Banerjee, la enorme liquidez de la economía china buscando rentabilidades en inversiones inmobiliarias y financieras junto con el encarecimiento de los alimentos arrastrarán los precios hacia otra escalada notable.

El informe de Naciones Unidas también muestra su preocupación por la desigualdad entre provincias chinas en su desarrollo económico, a pesar de reconocer ciertas mejoras en este aspecto en los últimos años.

'La política de que las provincias que aporten más al presupuesto reciban más debe ser modificada', señala el texto, que detalla que la riqueza de los habitantes de las regiones interiores sigue a una gran distancia de los de las provincias costeras.

EFE

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27 marzo 2008

Crisis "subprime" y efectos en Chile | editorial blogs el mercurio

Fuente: blogs el mercurio / editorial, 27/03/2008

La crisis de las hipotecas de alto riesgo en EE.UU. tiene dos efectos en Chile. El primero ocurre por los cambios en la demanda externa neta de bienes y servicios producidos en nuestro país. El segundo es el efecto en los mercados de capitales, que explica por sí solo las variaciones en el tipo de cambio, el precio del cobre y la inflación en energía y alimentos.

El sector de la construcción en EE.UU. vive una fuerte recesión, que es la contraparte del auge inusitado de que gozó durante la década en que el precio de las propiedades creció a niveles notables, impulsado en parte por créditos otorgados sin atender al verdadero riesgo asumido. Todos los proveedores de esa industria han sufrido caídas en sus ventas, entre ellos los exportadores chilenos de madera elaborada, para los que esta recesión es también la contraparte del auge durante la década anterior. Por eso, este efecto en Chile debería ser entendido como uno de los riesgos normales del negocio, que en promedio es compensado durante las fases de auge. Los proveedores chilenos deberán identificar la mejor forma de adaptarse a esta fluctuación, y puede confiarse en que considerarán el valor de la inversión ya realizada en capacitación de su personal chileno y en desarrollo de canales de venta.

El resto de la actividad estadounidense se está desacelerando también, empujada por la contracción general del crédito, pero por una razón distinta. El sector construcción aportaba sólo el cinco por ciento del PIB de EE.UU. Demasiados agentes financieros se habían acostumbrado a operar con razones de deuda a patrimonio muy riesgosas, ahora insostenibles. Se ha informado que el banco de inversión Bear Stearns operaba con una deuda 30 veces superior a su patrimonio. Un proceso general de desendeudamiento genera caídas en el precio de todos los activos, financieros y reales. Además, el temor a comprar algún activo contaminado con pérdidas hipotecarias ha reducido la liquidez de todos los activos. La baja en el patrimonio de los hogares impulsa a ajustar el consumo, lo que realimenta la desaceleración general de la demanda, debido a que el consumo privado representaba cerca del 70 por ciento del PIB de EE.UU.

Con todo, la envergadura de estos efectos en los mercados internacionales de bienes es acotada, porque la demanda china, brasileña y alemana continúa sólida. Tampoco afecta mayormente a Chile la contracción del crédito internacional, pues casi todos los sectores del país son acreedores externos netos. Lo que realmente afecta a las exportaciones chilenas son los efectos en los mercados de capitales, especialmente la apreciación del peso chileno. Ésta se origina en la fuerte reducción en su tasa de interés que decidió el consejo de la Reserva Federal, que ha causado una inesperada devaluación del dólar, y también una reasignación de cartera entre los inversionistas internacionales, que en parte se han refugiado en "commodities". Eso explica el gran aumento en el precio del cobre y de la energía. Esto último, a través de los biocombustibles, eleva el precio de los alimentos y acelera la inflación internacional.

Debido a la sorpresiva devaluación del dólar, los inversionistas institucionales reducen su inversión en EE.UU., lo que, a su vez, agudiza la devaluación de aquél. Lo mismo hacen los fondos de pensiones chilenos. Por eso, la ampliación del límite de inversión en el exterior de dichos fondos no alivia la apreciación del peso chileno.

No afecta mayormente a Chile la contracción del crédito internacional, porque casi todos los sectores del país son acreedores externos netos.



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25 marzo 2008

España | Previsiones económicas

FUNDACIÓN DE LAS CAJAS DE AHORROS (FUNCAS)
Gabinete de Coyuntura y Estadística

PANEL DE PREVISIONES DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA MARZO-ABRIL 2008

[Sólo texto, para tablas estadísticas ir a documento fuente::: Archivo Formato PDF, 8 páginas ]

Vía: El País 'Los expertos prevén que en 2009 la economía (española) se frene aún más'25F/03/2008, A.Bolaños

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Las expectativas para 2008 siguen a la baja

El PIB creció un 3,8% en 2007, con una clara tendencia a la desaceleración a partir del segundo trimestre, cerrando el último cuarto del año con un avance interanual del 3,5%. Este comportamiento, que es el resultado del parón sufrido por la actividad inmobiliaria –y, como consecuencia de este, por la construcción—, y de la desaceleración del consumo, ha estado en línea con las últimas previsiones. El balance entre las aportaciones respectivas de la demanda nacional y exterior ha sido más equilibrado que en el año anterior, con un descenso de la primera de cinco décimas hasta 4,6 puntos –las previsiones apuntaban a 4,7 puntos– , y una mejora de la segunda de cinco décimas, hasta - 0,7 –se esperaban 0,9 puntos negativos–. Tal y como se preveía, todos los componentes de la demanda han atenuado su ritmo de crecimiento con respecto a 2006, excepto la FBCF en bienes de equipo, que aceleró su expansión hasta el 11,6%, una décima porcentual menos de lo previsto.

La cifra de consenso para la tasa de crecimiento de 2008 se recorta de
nuevo en dos décimas en comparación con el anterior panel, hasta el 2,5%. La
mitad de los encuestados han revisado su previsión a la baja. La cifra se
encuentra en la parte inferior del rango de las previsiones de los organismos
internacionales y en línea con las de la OCDE. A partir de los resultados de
consenso, se obtiene que la aportación de la demanda nacional al crecimiento
descenderá hasta 3 puntos porcentuales, mientras que la correspondiente a la
demanda externa aumentará hasta -0,5 pp. Todos los componentes de la
demanda son revisados a la baja. La inversión en bienes de equipo se moderará
de forma notable con respecto a 2007, hasta registrar un crecimiento del 5,9%, y la predicción para la inversión en construcción se sitúa en terreno negativo, con un -0,1% de variación estimada para 2008. Importaciones y exportaciones crecerán al mismo ritmo, un 4,5%.

Las primeras previsiones para 2009 anuncian una mayor ralentización

En el actual panel se han solicitado por primera vez las previsiones para 2009, que sitúan el avance del PIB en un 2,1%. Se profundiza la tendencia a la desaceleración de todos los componentes del gasto, y se agrava la caída de la inversión en construcción, que se estima será del -0,9%. También se prevé que se mantenga la tendencia al reequilibrio de las aportaciones al crecimiento de la demanda nacional y exterior, que se situarán en 2,4 pp y -0,3 pp respectivamente. En sintonía con el debilitamiento de la demanda interna, se prevé un crecimiento más lento de las importaciones. Por primera vez desde 1997, su ritmo avance será inferior al de las exportaciones, que también se desaceleran, lo que probablemente pone de manifiesto que se espera una

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ralentización más intensa en España que en Europa.

El perfil trimestral previsto para la evolución del PIB (cuadro 2) es de
desaceleración en 2008 hasta una tasa interanual del 2,1% en el último tramo
del año, manteniéndose posteriormente estable en dicho nivel durante 2009.
Incluso podría presentar una pequeña recuperación en el cuarto trimestre del
próximo año.

Debilitamiento de la industria

La industria no ofrece perspectivas de actuar como relevo de la construcción. A
lo largo de 2007 exhibió una acusada tendencia a la baja, más intensa que la de
las exportaciones, variable a la que ha estado ligada su evolución desde 2005.
En los dos últimos meses del año ha registrado incluso caídas en su actividad.
Su crecimiento medio en el conjunto del año fue del 2,3%, frente a un 3,7% en
2006. En términos corregidos de calendario la pérdida de dinamismo fue aún
mayor, desde un 3,9% en 2006 hasta un 1,9% en 2007.

En 2008 mantendrá la misma tónica, reduciendo su avance hasta una tasa
del 1%. Para 2009 se espera un ritmo muy similar de crecimiento, un 1,1%.

La inflación media de 2008 se corrige al alza hasta el 3,6%

El aumento de las tensiones en el mercado de petróleo, que ha impulsado los
precios por encima de los 100 dólares, ha traído consigo una nueva revisión al
alza de las previsiones de consenso para la tasa de inflación media de 2008,
que se eleva hasta el 3,6%. Como se puede ver en el cuadro 2, el crecimiento
de los precios se suavizará a lo largo del año, para estabilizarse posteriormente,
de modo que en 2009 la tasa media caerá hasta el 2,6%.

Aumenta la previsión de paro y de costes laborales

En los últimos meses las condiciones del mercado laboral se han deteriorado
sensiblemente. La creación de empleo ha sufrido un frenazo y el desempleo ha
aumentado. La previsión de crecimiento de la ocupación para 2008 se ha
revisado a la baja hasta el 1,6%, casi la mitad de la tasa de 2007, y en 2009 el
crecimiento se reducirá aun más, hasta un 1%. De este modo, la tasa de paro
podría elevarse este año hasta el 8,8%, dos décimas más de lo anunciado en el
anterior panel, y para 2009 se espera que esta cifra se eleve nuevamente hasta
el 9,5%.

El crecimiento de las remuneraciones de los trabajadores parece haber
iniciado el año con una orientación al alza, según se desprende de los acuerdos
alcanzados en las negociaciones de los convenios colectivos de enero y febrero.
Como consecuencia, el ascenso esperado de los costes laborales se ha
revisado al alza en dos décimas hasta el 3,5%. De las cifras de consenso para el
crecimiento del PIB y del empleo se desprende un crecimiento de la
productividad del 0,9% en 2008 (en 2007 fue del 0,8%), que en conjunción con
el aumento señalado de la remuneración por trabajador, ofrece como resultado
un incremento de los costes laborales unitarios del 2,6%, superior al esperado
en el anterior panel, pero aún inferior al del año 2007.

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El aumento de la productividad en 2009 se acelerará hasta el 1,1%, lo que
reducirá el aumento de los CLU hasta una tasa del 2,1%

Empeoran las previsiones sobre Balanza de Pagos y saldo presupuestario

En el momento del cierre de este panel aun no se conoce el resultado del saldo de la Balanza de Pagos para el conjunto de 2007, aunque sí se puede decir que volvió a aumentar con respecto al año anterior. La previsión de consenso para 2008 se ha modificado al alza hasta un -9,6% del PIB, corrigiendo la revisión en el sentido opuesto que se produjo en el anterior panel, y ello pese a que se espera un menor crecimiento de la demanda nacional, y a que no se prevé un descenso en el ritmo de crecimiento de las exportaciones.

Para 2009 sí que se espera por fin un cambio de orientación en la evolución de esta variable, que descendería hasta el 9,4% del PIB.

Con respecto a las cuentas de las Administraciones Públicas, se ha producido una pequeña revisión al alza con respecto a la anterior encuesta del superávit previsto para este año, que se sitúa en el 0,9% del PIB. Esta revisión se produce tras la publicación por el MEH del saldo de 2007 (2,2% del PIB), que superó ampliamente las últimas previsiones del consenso. Aún así, la cifra esperada para 2008 es muy inferior a la obtenida en 2007, como resultado del impacto sobre los ingresos y gastos públicos de la pérdida de vigor económico. En 2009 la repercusión será aun mayor, estimándose un recorte del excedente hasta el 0,3% del PIB.

La percepción de la situación internacional sigue empeorando

La percepción de la situación internacional ha empeorado en este último panel de previsiones (cuadro 3). La situación en la UE se sigue considerando neutra y la de fuera de la UE, desfavorable, pero en ambos casos ha aumentado el número de quienes opinan que es desfavorable. En cuanto a la evolución prevista para los próximos seis meses, la gran mayoría de los encuestados sigue opinando que será a peor, y no hay nadie que piense que va a mejorar.

Los tipos de interés se van a mover a la baja y el euro al alza

La evolución de los tipos de interés en enero y febrero ha sido a la baja, aunque
en marzo se han vuelto a reproducir las tensiones en el mercado interbancario,
motivadas por los causas habituales desde que estalló la crisis de las hipotecas
subprime (crisis de desconfianza), lo que ha interrumpido el movimiento de
aproximación del euribor en sus diferentes plazos hacia la referencia del 4%. Por
primera vez desde hace mucho tiempo, no hay ningún panelista que piense que
el nivel de los tipos de interés, tanto a corto como a largo plazo, es alto para la
situación coyuntural de nuestra economía, lo que obedece, más que al reciente
repunte del euribor, al deterioro de la situación económica. Todas las opiniones
se reparten entre las opciones de que son normales o bajos, con una ligera
mayoría para la primera de ellas en el caso de los tipos a corto, y de la segunda
en el caso de los tipos a largo.
Pese al mencionado repunte del euribor en las últimas dos semanas, crece
la mayoría de los encuestados que cree que los tipos de interés van a continuar

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moviéndose a la baja en los próximos meses.

Por otra parte, existe unanimidad en cuanto a que el euro está apreciado, lo
que no va a impedir que en los próximos meses, según la opinión mayoritaria de
los panelistas, siga ganando terreno frente al dólar.

La política monetaria ya no se considera expansiva

La valoración en cuanto a la orientación de la política fiscal no ha sufrido modificaciones en los últimos paneles, de modo que la opinión mayoritaria la sigue considerando neutra. Pero, en lo que se refiere a la política monetaria, ha continuado el gradual desplazamiento que ya se venía produciendo en las últimas encuestas desde la opción de expansiva, que ha sido la mayoritaria
hasta ahora, hacia la de neutra, de modo que ahora existe un empate entre ambas respuestas. Las menores expectativas de crecimiento hacen que la política del BCE, sin haber experimentado cambios desde el verano, sea ahora más adecuada para las condiciones de nuestra economía.

La opinión relativa a como deberían ser ambas políticas sigue apuntando
mayoritariamente hacia la neutralidad, pero al igual que ya sucedió en el panel
anterior, vuelve a crecer el número de panelistas que ya consideran que su
orientación debería ser expansiva, lo que constituye otro indicador del mayor
pesimismo que envuelve la percepción de la situación de nuestra economía.

[Para ver tablas estadísticas : ir a documento fuente.]

México: diseñan plan para enfrentar crisis de Estados Unidos

México: diseñan plan para enfrentar crisis de Estados Unidos
FUENTE: Espectador.com, 24.03.2008 | 15.10

El gobierno de México anunció el Programa de Apoyo a la Economía, para enfrentar el impacto que tendrá en este país la crisis económica y financiera de Estados Unidos.

Análisis de PriceWaterhouseCoopers

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José Irazábal - ¿En qué consisten las medidas, concretamente?

Mercedes Comas - El programa incluye diferentes medidas, de carácter fiscal, organizacional y de promoción. Se reducen, por ejemplo, impuestos para las empresas, lo que traerá mayor liquidez a las mismas y se reducen las tarifas de energía.

En temas de organización, se simplifican y agilizan los trámites de comercio exterior, se reducen aranceles. En materia de promoción, se destinan fondos para oficinas de empleo, para contribuir a la creación de puestos de trabajo; y por otra parte, se impulsará el desarrollo de centros productivos en zonas de alta marginación.

JI - ¿Y qué expectativas hay? ¿Podrá este plan paliar el impacto que se prevé por la crisis de Estados Unidos?

MC - El plan básicamente constituye una medida anticíclica, es decir, de aumento del gasto, para enfrentar la crisis en el corto plazo.


Las medidas fueron recibidas con optimismo por los analistas, pero opinan que las medidas serían efectivas sólo para el corto plazo y para el futuro es necesario mayores inversiones.

Y la mayor incertidumbre sobre el mediano y largo plazo deriva de la alta dependencia que tiene la economía de México de Estados Unidos.

JI - ¿Qué cifras podemos destacar de esta dependencia?

MC - Desde mediados de los 80, México firmó un tratado de comercio con Estados Unidos y esto ha derivado en que el 85% de su comercio exterior lo realice con ese país por la mayor apertura del intercambio comercial que se acordó.

Al respecto, este 1º de enero de 2008 venció el plazo de 15 años para desgravar totalmente el comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, de acuerdo a lo establecido en el Tratado de Libre Comercio. Esto afecta por ejemplo a alimentos como el maíz, el azúcar y la leche en polvo, que a partir de este año se pueden importar a arancel cero y sin límites de cuotas. Al comienzo del tratado, estos sectores fueron definidos como protegidos, para darle tiempo -en especial al sector agrícola mexicano menos tecnificado-, para reconvertirse y estar en condiciones de competir con Estados Unidos.

Otra dependencia importante refiere al tema de las divisas.

JI - Son muy importantes las remesas de mexicanos que viven en Estados Unidos…

MC - Es verdad. Se estimaron en casi 24.000 millones de dólares en 2007, prácticamente lo mismo que había ingresado en el 2006, cuando el crecimiento de las remesas fue de 15%.

Después del petróleo, las remesas son la segunda fuente más importante de ingreso de capitales para la economía mexicana, y se estima una caída de la remisión para este año.

JI - ¿Y hay estimaciones de cuánto puede impactar la actual crisis de Estados Unidos?

MC - Lo que no hay dudas es que la economía mexicana será afectada por la desaceleración o eventual recesión en Estados Unidos. La duda que persiste es sobre la profundidad de este impacto.

Las estimaciones actuales del Banco de México pronostican un crecimiento entre 2,75% y 3,25% para este año, por debajo del crecimiento de 2007, que se estima fue de 3,3%.

Indudablemente, como no está claro cuán profunda y prolongada puede ser la crisis en Estados Unidos, tampoco está claro si el crecimiento que alcance México este año pueda ser más bajo.


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20 marzo 2008

OECD | Economic outlook for OECD countries (G7)

Actualización enlace El País, 20/03/2008 ::'La OCDE rebaja al 1,4% el crecimiento de EE UU en 2008'

Reporte OECD Marzo 2008
What is the economic outlook for OECD countries?::Archivo PDF, 17 páginas, gráficas.

Jörgen Elmeskov, Acting Head of the economic department.


Real GDP growth in the G7 economies 1. Click para zoom



1. The backdrop to the current press briefing is one of continued turbulence in financial markets. Pressures have tended to spread to new markets and institutions, reaching beyond the origin of the US sub-prime mortgages and derived products and leading to a generalised wariness and re-pricing of risks. As concerns the real economy, near-term global growth prospects have weakened more than projected in the December 2007 OECD Economic Outlook. Three sets of factors are at play – especially in the United States but also in a number of other OECD economies – and their effects are unlikely to fade soon:

•The real economy is not sheltered from financial turmoil. New issuances in various segments of the financial market have dried up, with some reintermediation at work, spreads have widened and lending standards are being tightened. The effects on demand are likely to be significant but are hard to gauge. In addition, share and housing prices declines, particularly in the United States, are also holding back demand, with some lags.

• The global housing cycle has turned; in the United States the direct effect of the residential investment slump has been subtracting around one percentage point from annual real GDP growth over the past two years and will continue to do so this year.

• Household real incomes are being squeezed by soaring energy and food prices, even if in the euro area and to a lesser extent in Japan, currency appreciation has provided some offset.

2. Against this backdrop, short-term forecasting models taking on board the most recent dataflow, including the decline in payroll employment witnessed in the first two months of 2008, suggest that the US economy is now essentially moving sideways, if not contracting outright. It may be premature to declare a recession, but with the pace of activity so far below potential, economic slack is widening rapidly. In the euro area, the deceleration has been less abrupt but growth is set to remain on the low side of potential for some time, even though exports so far seem to hold up well in the face of euro appreciation. In Japan, quarterly national accounts are volatile and prone to large revisions, but overall the pace of underlying growth seems to be softening as well, notwithstanding the support from still buoyant neighbouring Asian economies.

3. As concerns inflation, both headline and core measures well exceed comfort levels in many economies and on some indicators inflation expectations have been trending up. US headline CPI inflation stood at 4 % last month, and the latest core PCE reading, at 2.2%, suggests some pass-through of higher energy and food prices into other prices. In the euro area, notwithstanding euro appreciation, headline HICP inflation reached 3.3% in February 2008, whilst statistical measures of core inflation continue to inch up, approaching 2½ per cent. Japan stands out, with headline inflation at 0.8% but core – excluding food and energy prices – still in negative territory.

4. How macroeconomic policies should react is contingent on the outlook for activity and inflation beyond the near-term projection horizon as well as on the balance of several risks. First, oil and other commodity prices may continue to rise for some time from their already high levels, despite slowing activity. Second, the extent of any financial turbulence and the magnitude and duration of the restraint exerted on economic activity by banks’ and investors’ newfound prudence, and by their need to recapitalise, is unclear. Third, short-run trade-offs between inflation and output may have changed in recent years, casting some doubts on the exact extent to which subdued growth will moderate inflation pressures.

5. In this light, the case for policy stimulus is stronger in the United States than in Europe or Japan and both US monetary and fiscal policymakers have already acted forcefully. In the euro area, by contrast, the near-term outlook for activity and inflation does not point to a need for stimulus and automatic fiscal stabilisers will provide more support than in other regions. In Japan, there is limited scope for responding to greater weakness.

La Trampa de la desigualdad. Una reflexión de Alieto Aldo Guadagni | La Nación, Buenos Aires.

La trampa de la desigualdad

Por Alieto Aldo Guadagni , para LA NACION, Jueves 20 de marzo de 2008 | Publicado en la Edición impresa


La idea de justicia social responde a la vocación de construir una sociedad razonablemente igualitaria en términos económicos, sociales y políticos, y de contribuir a un mundo en paz, ya que como sostiene la carta constitutiva de la Organización Internacional del Trabajo (1919): "La paz universal y permanente sólo puede basarse en la justicia social".

El principio básico de la justicia social es la igualdad de oportunidades, más allá de las circunstancias de origen económico, étnico, social o de género. Norberto Bobbio expresa lúcidamente este concepto cuando afirma: "Lo igualitario parte de la convicción de que la mayor parte de las desigualdades son sociales y, como tales, eliminables. El pensamiento no igualitario, en cambio, parte de la convicción opuesta, de que son naturales y, como tales, no se pueden eliminar".

Es cierto que la mayor parte de las desigualdades son sociales y, por lo tanto, eliminables, pero lograr este objetivo exige un formidable esfuerzo político, ya que muchas desigualdades están amparadas por consolidadas estructuras de poder. El mundo globalizado vive un cambio acelerado, basado en tecnologías que están levantando nuevas barreras de clase entre incluidos y excluidos en esta revolución tecnológica. Estamos inmersos en un período de transición histórica. Estos nuevos conocimientos se convierten en los pilares de la acumulación de capital, el crecimiento de la productividad y el fortalecimiento de núcleos de poder económico concentrado. Esta transformación es similar, pero más acelerada y con mayor amplitud geográfica, que el tránsito de la sociedad agraria al mundo urbano-fabril de la Revolución Industrial.

América latina tiene un récord del cual no se puede enorgullecer: es la región que registra los niveles más altos de desigualdad entre todas las regiones del mundo. Es donde los menos tienen más y, simultáneamente, donde los más tienen menos. Una comparación realizada por el Banco Interamericano de Desarrollo evidencia el alcance de esta desigualdad: si el ingreso se distribuyera como en el sudeste asiático, la pobreza se reduciría a menos de la mitad.

Esta gran desigualdad crea un obstáculo doble a la reducción de la pobreza. En primer lugar, si el crecimiento hubiera estado acompañado por una desigualdad decreciente, el impacto sobre la reducción de la pobreza hubiera sido mayor. Pero, al mismo tiempo, la mejora en la equidad distributiva maximiza la acumulación de capital humano y, por ende, potencia el crecimiento económico. La gran desigualdad tiende a estar asociada con reducidos niveles de crecimiento productivo. Para un ritmo determinado de crecimiento, mientras mayor sea la equidad mayor será el impacto favorable de ese crecimiento sobre la reducción de la pobreza. Cuando impera una gran desigualdad, el crecimiento tiene que ser considerable para reducir la pobreza.

Existe una gran desigualdad de las oportunidades asociadas con el hecho de nacer en un hogar de determinado nivel económico. Quien nace en un hogar pobre carga con una desventaja que va más allá de su capacidad natural e, incluso, del esfuerzo que pueda poner en juego para su futuro progreso. Menores posibilidades educativas, asistencia sanitaria insuficiente, inadecuada nutrición y carencia de contención familiar constituyen una carga abrumadora para quien quiera escapar de un futuro signado por la marginalidad social. La consecuencia es que el acceso a los mejores empleos, estables y bien pagos está, debido a la enorme segmentación educacional por clase social, regido por criterios hereditarios. La equidad en la distribución del ingreso está asociada a la equidad en la distribución del capital humano, porque es la retribución a este capital, cuyo valor depende de la incorporación por la educación de conocimientos exigidos por el mundo globalizado, el único ingreso para quienes carecen de activos financieros o inmobiliarios. Para mejorar las condiciones de vida de los más pobres, las propuestas no pueden agotarse en el ingreso de las familias: es ineludible comenzar por hacer más equitativa la distribución del capital humano. Esto exige iniciativas para que los pobres puedan acumular rápidamente -vía educación- este capital para escapar de la pobreza. De lo que se trata es de aumentar la capacidad de los pobres para obtener mejores ingresos que sean permanentes.

América latina no es tan pobre en términos productivos como para tener más de 200 millones de pobres con una población de 530 millones y que 80 millones de ellos no tengan acceso a una adecuada alimentación. Con menos desigualdad habría menos pobres. El grado de desarrollo de cada país es crucial para definir la importancia de las políticas distributivas y del propio crecimiento en el abatimiento de la pobreza. En los países más pobres de América latina, el grueso del esfuerzo para reducir la pobreza depende del ritmo de acumulación de capital. Cuando hay poco para repartir, el crecimiento es la clave para abatir la pobreza. Pero el cuadro es diferente en los países con mayores niveles de ingreso que, sin embargo, exhiben altos índices de pobreza. En estos países de mayores ingresos con gran desigualdad, las políticas distributivas son centrales para abatir la pobreza. Estas naciones necesitan seguir creciendo, pero no de cualquier manera, ya que la justicia social reclama crecimiento con equidad. Esta es la situación en los países más grandes, por lo cual podemos afirmar que la reducción de la pobreza latinoamericana dependerá de su crecimiento, pero principalmente de sus políticas redistributivas. Las naciones latinoamericanas tienen la desigualdad más alta del mundo en la distribución del ingreso, con la excepción de algunas naciones del Africa subsahariana. En América latina, el 10 por ciento más rico de la población se apropia del 48 por ciento del ingreso total, mientras que el 10 por ciento más pobre apenas capta el 1,6 por ciento. En los países industrializados, estos guarismos son 29,1 y 2,5 por ciento. El menor índice de desigualdad en América latina (correspondiente a Uruguay) es superior al mayor índice similar de cualquier país industrializado o de Europa Oriental.

La igualdad de oportunidades es meramente declaratoria si no se basa en la asignación de recursos fiscales, que deben ser orientados con criterios distributivos a favor de los núcleos con menores ingresos. La reforma tributaria es central en este esquema fiscal: el gasto fiscal progresivo debe ser financiado por impuestos a la renta y a la propiedad rural o urbana, que son más progresivos que los impuestos indirectos al consumo o a las transacciones. Además, deben eliminarse los subsidios a los ricos. La recaudación tributaria en América latina es inferior a las de otras regiones con similares ingresos per cápita, lo cual dificulta la aplicación de políticas sociales progresivas. Por este motivo, uno de los principales desafíos es fortalecer coaliciones políticas capaces de ejecutar iniciativas fiscales progresistas. En realidad, el desafío es mayor, porque para que una política fiscal progresista sea exitosa en su aspiración de abatir la pobreza y consolidar la equidad debe también soslayar el riesgo de debilitar el propio proceso de inversión y crecimiento económico.

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Brasil | La peculiar adaptación asiática de Brasil - El País

El País, España, 18/03/2007 - TRIBUNA: ALFREDO ARAHUETES

La peculiar adaptación asiática de Brasil


En el segundo mandato del presidente Lula se ha optado por una política económica que pretende compatibilizar la estabilidad con el relanzamiento del desarrollo y un fuerte impulso inversor industrial.

En 2007, Brasil habrá renovado su posición como la décima economía del mundo, apenas detrás de España y Canadá y, todavía, por delante de Rusia, Corea del Sur e India. El mismo ranking calculando el PIB por la paridad del poder adquisitivo (PPA) sitúa a Brasil como la octava economía apenas detrás de Italia y por delante de España y Canadá. Es la primera economía de América Latina y su PIB representa al menos un tercio del PIB de la región. ¿Cómo ha llegado Brasil a ser una economía tan destacada? ¿Cabe suponer que por ser además un país de dimensión continental ha establecido una amplia red de relaciones económicas con los países de América Latina a excepción de México?

La implantación del proceso de industrialización tardía, en los años cincuenta, y la expansión industrial de los años sesenta y setenta, hasta 1974, contribuyó a que la economía brasileña lograse un largo periodo de alto crecimiento con tasas chinas de un promedio del 7,8% anual. El crecimiento, durante este largo periodo se orientó hacia el mercado interno. Brasil se convirtió en una potencia industrial intermedia en el mundo, pero con una economía poco abierta al exterior. Entre 1974 y 1982 el proceso de industrialización se amplió a otros bienes intermedios y a bienes de capital aprovechando el ciclo de crédito internacional de ese periodo. El PIB promedio del país registró tasas anuales del 5,3% pero, como señalaron los profesores Lessa y Tavares, las fragilidades institucionales internas y el endeudamiento externo dieron al traste con el sueño de establecer un proyecto nacional de desarrollo autónomo.

En esta larga etapa, la reducida apertura externa determinó un bajo perfil en las relaciones económicas con los países latinoamericanos. Era un claro reflejo de que la estrategia de industrialización por sustitución de importaciones adoptada por los países de la región tenía un marcado carácter nacional que desestimaba la importancia de la integración de mercados (a pesar de la existencia de acuerdos formales como ALALC, MCCE y el Pacto Andino). La drástica desaparición de la liquidez internacional, tras la crisis de la deuda externa, obligó al país a la adopción de políticas de ajuste que permitiesen la obtención de jugosos superávit comerciales con los que cumplir con los bancos acreedores. La crisis financiera y el ajuste debilitaron al Estado, y entró en un proceso de alta inestabilidad económica y política que imposibilitó la reorientación del proyecto nacional de desarrollo y su articulación con esquemas regionales de integración. Aun así y a pesar de la falta de complementariedad productiva y comercial, los presidentes de Argentina y Brasil -Alfonsín y Sarney- lanzaron el Mercosur en los turbulentos finales años ochenta, un esquema que, contra viento y marea, sigue dando sus frutos hasta hoy.

En los primeros años noventa la globalización financiera incorporó a sus circuitos a las economías en desarrollo más destacadas presentadas bajo la nueva etiqueta de economías emergentes. La economía brasileña atravesaba por muy malos momentos, amenazada por la hiperinflación, pero, aun así, recibió significativas entradas de capitales. Los nuevos capitales contribuyeron a la recuperación y a la estabilización promovida con el Plan Real, pero enseguida apreciaron los tipos de cambio provocando crecientes déficit comerciales y de cuenta corriente, y colocando a la economía en una situación de fuerte dependencia de la financiación internacional. La globalización financiera no proporcionaba recursos para el desarrollo, sino que promovía en las economías emergentes una inserción externa de carácter financiero, que en la práctica determinaba la contracción del aparato productivo y una significativa fragilidad externa. En los países emergentes la fragilidad externa era la antesala de la crisis, y así se puso de relieve con las crisis de México (1994), los países asiáticos (1997/98), Rusia (1998) y, tras la drástica retirada de los capitales internacionales, de casi todos los países de América Latina entre 1998 y 2002. En Brasil la crisis se manifestó en enero de 1999, apenas iniciado el segundo mandato de F. H. Cardoso.

Durante los dos mandatos de Cardoso, Brasil siguió la doble estrategia de global trader y mayor integración con los países de América Latina. La estrategia dio sus frutos en ambos ámbitos. Con los países de América Latina se intensificaron, significativamente, las relaciones comerciales con Mercosur y también con el resto de los países de la región. Al finalizar la presidencia de Cardoso en 2002, el comercio con el área ya representaba el 18,5% de sus exportaciones y el 16,5% de sus importaciones. La creciente interrelación con los países latinoamericanos era de carácter comercial, aún era muy escasa la presencia de inversiones directas cruzadas. La intensificación de las relaciones era significativa y adquiría mayor relevancia a tenor del doble impacto negativo de la crisis financiera y de la desaceleración internacional que colocaron a muchos países de la región casi al borde de la insolvencia.

Cuando Lula tomó posesión en enero de 2003, apostó por una prudente ortodoxia para retirar al país de la insolvencia mediante una política fiscal austera -con el objetivo de superávit primarios que redujesen la relación deuda pública / PIB- y una política monetaria de metas de inflación. En su primer mandato esta estrategia de virtud contó con la fortuna de la expansión de la economía internacional que tiró de las exportaciones brasileñas, sobre todo a China y otros países asiáticos, con precios al alza. El tipo de cambio del real, depreciado por la crisis, contribuyó a la expansión de las exportaciones de manufacturas, y el país volvió a una senda de crecimiento liderada por las exportaciones con significativos superávit comerciales y de cuenta corriente. Al mismo tiempo, Brasil recuperó la capacidad de atracción de inversiones directas de empresas extranjeras hasta el punto de situarse en segunda posición del grupo de países emergentes sólo detrás de China.

Se originó, así, un cambio significativo en la inserción de Brasil en la economía internacional: la inserción financiera fue reemplazada por una inserción comercial similar a la seguida por las economías asiáticas, fortalecida con la entrada de inversiones directas. Con esta nueva inserción, las exportaciones pasaron de 57.000 millones de dólares en 2002 a 161.000 millones en 2007, casi el triple en cinco años; y el país ha obtenido elevados superávit comerciales y de cuenta corriente que, junto a las entradas de inversiones directas, le han permitido reducir pasivos externos y acumular un espectacular nivel de reservas: 182.000 millones de dólares a finales de 2007.

En el segundo mandato, iniciado hace un año, Lula ha cambiado el rumbo hacia una prudente ortodoxia compatible con el relanzamiento del desarrollo. Es decir, estabilidad con fuerte impulso de la inversión en sectores industriales intensivos en capital y en infraestructuras (con el PAC) con el dinamismo necesario tanto para un crecimiento sostenible como para el fortalecimiento de la capacidad exportadora y la sustitución de importaciones al estilo de las economías asiáticas -como señalan los profesores Coutinho y Belluzzo-, y atendiendo a la reducción de la pobreza y la mejora en la distribución de la renta. Esta estrategia permitiría alcanzar tasas de crecimiento superiores al 5% como en 2007 y contaría con el importante refuerzo externo de que el país ha alcanzado la autosuficiencia energética tras el hallazgo de los campos de Tupi.

En estos últimos cinco años se han intensificado las relaciones económicas entre Brasil y los países de América Latina y el Caribe. Sus mercados absorben el 26% de las exportaciones brasileñas y proveen del 18% de las importaciones, y además son el destino del 17,5% de las inversiones directas de las empresas de Brasil y el origen del 3% de las inversiones directas recibidas. Brasil parece apostar por intensificar la integración con los países de la región mediante un esquema de geometría variable que permita el desarrollo de la "fábrica América Latina" con alimentos, materias primas y energía, una adaptación particular de la "fábrica Asia". En esta línea se inscriben tanto los proyectos de infraestructuras transoceánicas como la Integración de América del Sur y el relanzamiento de las relaciones con México, América Central y el Caribe.

Alfredo Arahuetes es profesor agregado de Economía Mundial, ICADE-Universidad Pontificia Comillas e investigador del Real Instituto Elcano.

actualidad: Reuters, 19/03/2008 '
Acciones y moneda de Brasil caen por desplome de materias primas'

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19 marzo 2008

Perú | Economía de Perú crece 10,06 pct en enero, mayor de lo esperado

Fuente: Yahoo Telemundo / Reuters, 15 de marzo de 2008, 03:51 PM

LIMA (Reuters) - La economía peruana se expandió un 10,06 por ciento en enero y acumuló 79 meses de crecimiento consecutivo, superando las expectativas del mercado, impulsada principalmente por un vigoroso avance del sector construcción, informó el sábado el Gobierno.

Analistas de bancos y consultoras encuestados por Reuters habían proyectado un crecimiento del 8,6 por ciento para enero, mientras que el Ministerio de Economía y Finanzas había estimado una tasa del 9,6 por ciento.

La cifra, no obstante, es menor al 10,32 por ciento registrado en el mismo mes del año pasado.

"Hay un panorama favorable que muestra a una economía con mucha fuerza, con mucha estabilidad económica en general en todos sus sectores," dijo a periodistas el jefe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), Renán Quispe.

El INEI destacó el buen desempeño del sector construcción que creció en enero un 20,99 por ciento.

"La actividad constructora se debe fundamentalmente a que ya este mes de enero continúa el avance físico de obras, especialmente construcción de carreteras y grandes proyectos (...) Si a esto se incorpora la demanda de cemento (...) vemos la explicación a este crecimiento tan importante," agregó Quispe.

El consumo interno de cemento creció en el primer mes del año un 21,08 por ciento mientras que el gasto en el avance físico de obras avanzó un 69,68 por ciento.

También se destacó el crecimiento de los sectores de comercio y manufactura que crecieron un 12,88 por ciento y un 10 por ciento, respectivamente.

El sector de minería e hidrocarburos avanzó un 2,78 por ciento, basado en el papel positivo de la actividad minera metálica, tradicional motor de la economía peruana, que creció un 3,69 por ciento, impulsada por una mayor producción de zinc, cobre, plata y oro, precisó el reporte oficial.

El INEI indicó asimismo que en los últimos 12 meses a enero, el Producto Interno Bruto (PIB) de Perú creció un 8,98 por ciento.

En el 2007 la economía peruana creció un 8,99 por ciento, su mayor tasa de expansión desde 1994.

A continuación, la variación porcentual de la economía peruana por sectores:

SECTORES

ENERO

AGROPECUARIO 3,88

PESCA 1,49

MINERIA E HIDROCARB. 2,78

MANUFACTURA 10,00

ELECTRICIDAD Y AGUA 7,75

CONSTRUCCION 20,99

COMERCIO 12,88

OTROS SERVICIOS 9,88

ECONOMIA TOTAL 10,06

(Por Jean Luis Arce, Editado por Marcel Deza)

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17 marzo 2008

We will never have a perfect model of risk, Alan Greenspan | FT

We will never have a perfect model of risk

By Alan Greenspan, Financial Times

Published: March 16 2008 18:25 | Last updated: March 16 2008 18:25


The current financial crisis in the US is likely to be judged in retrospect as the most wrenching since the end of the second world war. It will end eventually when home prices stabilise and with them the value of equity in homes supporting troubled mortgage securities.

Home price stabilisation will restore much-needed clarity to the marketplace because losses will be realised rather than prospective. The major source of contagion will be removed. Financial institutions will then recapitalise or go out of business. Trust in the solvency of remaining counterparties will be gradually restored and issuance of loans and securities will slowly return to normal. Although inventories of vacant single-family homes – those belonging to builders and investors – have recently peaked, until liquidation of these inventories proceeds in earnest, the level at which home prices will stabilise remains problematic.

The American housing bubble peaked in early 2006, followed by an abrupt and rapid retreat over the past two years. Since summer 2006, hundreds of thousands of homeowners, many forced by foreclosure, have moved out of single-family homes into rental housing, creating an excess of approximately 600,000 vacant, largely investor-owned single-family units for sale. Homebuilders caught by the market’s rapid contraction have involuntarily added an additional 200,000 newly built homes to the “empty-house-for-sale” market.

Home prices have been receding rapidly under the weight of this inventory overhang. Single-family housing starts have declined by 60 per cent since early 2006, but have only recently fallen below single-family home demand. Indeed, this sharply lower level of pending housing additions, together with the expected 1m increase in the number of US households this year as well as underlying demand for second homes and replacement homes, together imply a decline in the stock of vacant single-family homes for sale of approximately 400,000 over the course of 2008.

The pace of liquidation is likely to pick up even more as new-home construction falls further. The level of home prices will probably stabilise as soon as the rate of inventory liquidation reaches its maximum, well before the ultimate elimination of inventory excess. That point, however, is still an indeterminate number of months in the future.

The crisis will leave many casualties. Particularly hard hit will be much of today’s financial risk-valuation system, significant parts of which failed under stress. Those of us who look to the self-interest of lending institutions to protect shareholder equity have to be in a state of shocked disbelief. But I hope that one of the casualties will not be reliance on counterparty surveillance, and more generally financial self-regulation, as the fundamental balance mechanism for global finance.

The problems, at least in the early stages of this crisis, were most pronounced among banks whose regulatory oversight has been elaborate for years. To be sure, the systems of setting bank capital requirements, both economic and regulatory, which have developed over the past two decades will be overhauled substantially in light of recent experience. Indeed, private investors are already demanding larger capital buffers and collateral, and the mavens convened under the auspices of the Bank for International Settlements will surely amend the newly minted Basel II international regulatory accord. Also being questioned, tangentially, are the mathematically elegant economic forecasting models that once again have been unable to anticipate a financial crisis or the onset of recession.

Credit market systems and their degree of leverage and liquidity are rooted in trust in the solvency of counterparties. That trust was badly shaken on August 9 2007 when BNP Paribas revealed large unanticipated losses on US subprime securities. Risk management systems – and the models at their core – were supposed to guard against outsized losses. How did we go so wrong?

The essential problem is that our models – both risk models and econometric models – as complex as they have become, are still too simple to capture the full array of governing variables that drive global economic reality. A model, of necessity, is an abstraction from the full detail of the real world. In line with the time-honoured observation that diversification lowers risk, computers crunched reams of historical data in quest of negative correlations between prices of tradeable assets; correlations that could help insulate investment portfolios from the broad swings in an economy. When such asset prices, rather than offsetting each other’s movements, fell in unison on and following August 9 last year, huge losses across virtually all risk-asset classes ensued.

The most credible explanation of why risk management based on state-of-the-art statistical models can perform so poorly is that the underlying data used to estimate a model’s structure are drawn generally from both periods of euphoria and periods of fear, that is, from regimes with importantly different dynamics.

The contraction phase of credit and business cycles, driven by fear, have historically been far shorter and far more abrupt than the expansion phase, which is driven by a slow but cumulative build-up of euphoria. Over the past half-century, the American economy was in contraction only one-seventh of the time. But it is the onset of that one-seventh for which risk management must be most prepared. Negative correlations among asset classes, so evident during an expansion, can collapse as all asset prices fall together, undermining the strategy of improving risk/reward trade-offs through diversification.

If we could adequately model each phase of the cycle separately and divine the signals that tell us when the shift in regimes is about to occur, risk management systems would be improved significantly. One difficult problem is that much of the dubious financial-market behaviour that chronically emerges during the expansion phase is the result not of ignorance of badly underpriced risk, but of the concern that unless firms participate in a current euphoria, they will irretrievably lose market share.

Risk management seeks to maximise risk-adjusted rates of return on equity; often, in the process, underused capital is considered “waste”. Gone are the days when banks prided themselves on triple-A ratings and sometimes hinted at hidden balance-sheet reserves (often true) that conveyed an aura of invulnerability. Today, or at least prior to August 9 2007, the assets and capital that define triple-A status, or seemed to, entailed too high a competitive cost.

I do not say that the current systems of risk management or econometric forecasting are not in large measure soundly rooted in the real world. The exploration of the benefits of diversification in risk-management models is unquestionably sound and the use of an elaborate macroeconometric model does enforce forecasting discipline. It requires, for example, that saving equal investment, that the marginal propensity to consume be positive, and that inventories be non-negative. These restraints, among others, eliminated most of the distressing inconsistencies of the unsophisticated forecasting world of a half century ago.

But these models do not fully capture what I believe has been, to date, only a peripheral addendum to business-cycle and financial modelling – the innate human responses that result in swings between euphoria and fear that repeat themselves generation after generation with little evidence of a learning curve. Asset-price bubbles build and burst today as they have since the early 18th century, when modern competitive markets evolved. To be sure, we tend to label such behavioural responses as non-rational. But forecasters’ concerns should be not whether human response is rational or irrational, only that it is observable and systematic.

This, to me, is the large missing “explanatory variable” in both risk-management and macroeconometric models. Current practice is to introduce notions of “animal spirits”, as John Maynard Keynes put it, through “add factors”. That is, we arbitrarily change the outcome of our model’s equations. Add-factoring, however, is an implicit recognition that models, as we currently employ them, are structurally deficient; it does not sufficiently address the problem of the missing variable.

We will never be able to anticipate all discontinuities in financial markets. Discontinuities are, of necessity, a surprise. Anticipated events are arbitraged away. But if, as I strongly suspect, periods of euphoria are very difficult to suppress as they build, they will not collapse until the speculative fever breaks on its own. Paradoxically, to the extent risk management succeeds in identifying such episodes, it can prolong and enlarge the period of euphoria. But risk management can never reach perfection. It will eventually fail and a disturbing reality will be laid bare, prompting an unexpected and sharp discontinuous response.

In the current crisis, as in past crises, we can learn much, and policy in the future will be informed by these lessons. But we cannot hope to anticipate the specifics of future crises with any degree of confidence. Thus it is important, indeed crucial, that any reforms in, and adjustments to, the structure of markets and regulation not inhibit our most reliable and effective safeguards against cumulative economic failure: market flexibility and open competition.

The writer is former chairman of the US Federal Reserve and author of ‘The Age of Turbulence: Adventures in a New World’

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16 marzo 2008

Argentina | Crecimiento con problemas que lo afectan - Clarín.com

EDITORIAL
Crecimiento con problemas que lo afectan:: 15/03/2008, Clarín.com, B.A.

La economía sigue mostrando un fuerte impulso, sustentado por un aumento aún mayor de la inversión. Pero en un contexto económico e institucional con problemas.

El año pasado el PBI aumentó un 8,7%, sumando cinco años de crecimiento cercano al 9%, un desempeño sin precedentes en la economía nacional. La mayor contribución provino de actividades de servicios; agricultura y ganadería crecieron por encima del promedio y la industria, reflejando en parte los efectos de las restricciones energéticas, un punto menos que el PBI.

La Inversión Bruta Interna Fija aumentó, a su vez, un 14%, por encima del consumo y de las exportaciones, lo cual muestra la continuidad de la capitalización de la economía.

Esta cifra debe ponderarse, no obstante, teniendo en cuenta que en ese rubro aparecen importaciones de teléfonos celulares y otros bienes que no pueden considerarse como capital reproductivo.

El aumento de la actividad se ha traducido, a su vez, en una baja del desempleo, que ha llegado al 7,5% en el último trimestre de 2007, nivel en que se encontraba en 1992, momentos en que iniciaba una enérgica tendencia ascendente.

En el sector agropecuario las noticias no son tan buenas, dado que el Gobierno ha decidido aumentar las retenciones a varios productos de exportación. Esta medida, destinada a desacoplar los precios internos de los externos, va a capturar una porción significativa de los ingresos agrícolas generados por el aumento de los precios internacionales, proporcionando un significativo ingreso al Fisco.

Es de esperar que el mayor ingreso fiscal contribuya al financiamiento de políticas de estímulo al aumento de la oferta de bienes y de energía, para enfrentar la raíz de las presiones inflacionarias y no afectar aún más la rentabilidad del agro.

Cabe preguntarse, entonces, cuanto más elevada habrían sido la inversión y el crecimiento, de no mediar los desincentivos a la exportación y los problemas energéticos e institucionales existentes.

En el área energética, el Gobierno ha prometido que no habrá restricciones en el año que corre, pero al costo de pagar más caro el combustible importado y de sostener subsidios como compensación al sostenimiento de los precios de la energía al consumidor. Para reducir esos costos y reducir las distorsiones de mercado, es necesario intensificar las inversiones en la generación y transporte.

En lo institucional, sigue operando la desconfianza que despiertan las intervenciones gubernamentales en el manejo del INDEC. En estos días se evalúa, precisamente, la consistencia de un nuevo índice de precios al consumidor que ha generado cuestionamientos porque reflejaría un arco estrecho de los consumos.

Es necesario reconocer que la manipulación de los indicadores no modifica la realidad ni la percepción que la ciudadanía tiene de la misma, y que la falta de confianza en el organismo estadístico tiene costos difíciles de cuantificar pero seguramente importantes.

La intervención en el INDEC es, por lo demás, parte de una política de presiones y confrontación que se ha manifestado en los recientes acuerdos de precios de la carne y en las relaciones oficiales con el campo.

Esta orientación, además de tener en el mejor de los casos beneficios de corto plazo, proporciona una perniciosa docencia sobre la sociedad en la medida que valida procedimientos reñidos con los principios de negociación y búsqueda de consensos que tanto escasean en la Argentina.

El crecimiento de la economía en 2007 volvió a ser elevado, así como la inversión. Hubo una importante contribución de los servicios. Está afectado por problemas económicos, como el costo de la escasez de energía, e institucionales, vinculados con la manipulación del INDEC el recurso a las presiones en negociaciones con empresarios.

13 marzo 2008

Grossly distorted picture | The Economist

Economics focus
Grossly distorted picture
Mar 13th 2008
From The Economist print edition

If you look at GDP per head, the world is a different—and, by and large, a better—place

WHICH economy has enjoyed the best economic performance over the past five years: America's or Japan's? Most people will pick America. The popular perception is that America's vibrant economy was sprinting ahead (albeit fuelled by credit and housing bubbles that have now painfully burst), whereas Japan crawled along at a snail's pace. And it is true that America's average annual real GDP growth of 2.9% was much faster than Japan's 2.1%. However, the single best gauge of economic performance is not growth in GDP, but GDP per person, which is a rough guide to average living standards. It tells a completely different story.

GDP growth figures flatter America's relative performance, because its population is rising much faster, by 1% a year, thanks to immigration and a higher birth rate. In contrast, the number of Japanese citizens has been shrinking since 2005. Once you take account of this, Japan's GDP per head increased at an annual rate of 2.1% in the five years to 2007, slightly faster than America's 1.9% and much better than Germany's 1.4%. In other words, contrary to the popular pessimism about Japan's economy, it has actually enjoyed the biggest gain in average income among the big three rich economies. Among all the G7 economies it ranks second only to Britain (see left-hand chart).




Using growth in GDP per head rather than crude GDP growth reveals a strikingly different picture of other countries' economic health. For example, Australian politicians often boast that their economy has had one of the fastest growth rates among the major developed nations—an average of 3.3% over the past five years. But Australia has also had one of the biggest increases in population; its GDP per head has grown no faster than Japan's over this period. Likewise, Spain has been one of the euro area's star performers in terms of GDP growth, but over the past three years output per person has grown more slowly than in Germany, which like Japan, has a shrinking population.

Some emerging economies also look less impressive when growth is compared on a per-person basis. One of the supposedly booming BRIC countries, Brazil, has seen its GDP per head increase by only 2.3% per year since 2003, barely any faster than Japan's. Russia, by contrast, enjoyed annual average growth in GDP per head of 7.4% because the population is falling faster than in any other large country (by 0.5% a year). Indians love to boast that their economy's growth rate has almost caught up with China's, but its population is also expanding much faster. Over the past five years, the 10.2% average increase in China's income per head dwarfed India's 6.8% gain.

Focusing on GDP per person also affects comparisons of economic health over time. During the past five years, world GDP has grown by an average of 4.5% a year, its fastest for more than three decades, though not as fast as during the golden age of the 1960s when annual growth exceeded 5%. But the world's population is now growing at half of its pace in the 1960s, and so world income per head has increased by more over the past five years than during any other period on record (see right-hand chart above). Mankind has never had it so good.
Redefining recession

Once you accept that growth in GDP per head is the best way to measure economic performance, the standard definition of a recession—a decline in real GDP over some period (eg, two consecutive quarters or year on year)—also seems flawed. For example, zero GDP growth in Japan, where the population is declining, would still leave the average citizen better off. But in America, the average person would be worse off. A better definition of recession, surely, is a fall in average income per person. On this basis, America has been in recession since the fourth quarter of last year when its GDP rose by an annualised 0.6%, implying that real income per head fell by 0.4%.

Many Americans will shrug this off, especially those politicians who believe that the prime goal of policy is to retain their economic and military dominance over the world. They see the size of a country's GDP as the best measure of its economic clout, in which case the absolute rate of GDP growth matters more than growth in income per head. Europeans seem less bothered about global dominance—although they are sure to gloat about the fact that the weakening dollar means that the euro area could overtake America as the world's biggest economy this year.

There are several other reasons Americans can quibble over the use of GDP per head, especially with reference to Japan. Firstly, its shrinking population is also an ageing one in which the labour force will decline as a share of the population. Unless this is offset by more rapid productivity growth, this could make it harder to maintain the same growth in output per person in future and so harder to pay pension bills. Secondly, slower GDP growth makes it more difficult to reduce the ratio of existing public-sector debt to GDP, which stands at a hefty 180% in Japan. Last, but not least, investors care about GDP growth. Corporate profits depend upon the absolute rate of growth of an economy. And companies wanting to invest abroad will favour markets that are expanding more rapidly.

If GDP per head is nevertheless a superior measure of people's prosperity, why do governments not publish such figures each quarter along with their standard GDP figures? Population statistics tend to be less up-to-date than GDP figures and are generally not available on a quarterly basis. But that is a lame excuse: it should be much easier to count bodies than to put a value on diverse sorts of economic output. Not only do people have a right to know whether average living standards are rising or falling, but publishing such numbers could also benefit some countries. If Japan's government had drawn attention to the sprightlier growth in income per head in recent years, in contrast to endless reports about its “underperforming” economy, consumers may have felt cheerier and spent more—in other words, its GDP growth would have been stronger.

11 marzo 2008

CEPAL | Ecuador economía 2007

Fuente: CEPAL, Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe 2007.
Archivo formato PDF, 2.5 MB, 219 páginas. Enlace - aquí
Páginas 127-130

Ecuador

En el primer semestre de 2007, el PIB tuvo un incremento de un 1,3% con respecto a igual período de 2006 y, según las proyecciones, en 2007 crecerá un 2,7%, menos que el 3,9% registrado en 2006. En forma paralela, el ritmo inflacionario se desaceleró en relación con el del año precedente. Por otra parte, en las elecciones realizadas el 30 de septiembre de 2007 para instituir una asamblea constitucional el gobierno obtuvo una importante mayoría y se espera que este respaldo político se traduzca en la implementación de diversas reformas económicas en apoyo del plan de gobierno del Presidente Correa.


En los primeros nueve meses de 2007, el gobierno central registró un superávit primario del 2,1% del PIB, en tanto que el saldo positivo global fue de un 0,7% del PIB. Ambos indicadores muestran un deterioro con respecto a las cifras del mismo período de 2006, debido a que los gastos aumentaron más que los ingresos. En el SPNF los ingresos se incrementaron un 22,4% y los gastos un 20,1%. La expansión de los ingresos no petroleros en un 11,9% —debido principalmente a las contribuciones de la seguridad social— durante los primeros nueve meses del año fue bastante mayor que el aumento de los ingresos petroleros (6%). También se incrementó el superávit de las empresas públicas no financieras. Los gastos de capital, en particular la formación bruta de capital fijo por parte del gobierno central, se elevaron significativamente (73%) durante los primeros nueve meses de 2007.
A principios de octubre de 2007 el gobierno firmó un decreto ejecutivo en virtud del cual se aumentó a un 99% el porcentaje correspondiente al Estado de los ingresos provenientes de la diferencia entre el precio actual de mercado del petróleo extraído por las empresas privadas que han suscrito contratos de participación y el precio de referencia fijado al firmar esos contratos. Anteriormente, correspondía al Estado un 50% de esos ingresos.
La inflación de 12 meses a octubre de 2007 fue del 2,4%, y había llegado a un 2,2% en los primeros 10 meses del año. El tipo de cambio real efectivo se depreció, en promedio, un 5,4% entre enero y septiembre de 2007, debido principalmente a la debilidad del dólar

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estadounidense frente a las monedas de socios comerciales del país, como Colombia, y a la baja inflación.

En julio de 2007 el Congreso sancionó la ley de regulación del costo máximo efectivo del crédito, en la cual se establece, entre otras cosas, que la tasa de interés máxima que podrá cobrar cada segmento financiero será la correspondiente al promedio del sistema, más dos desviaciones estándares. También se prohibieron los cobros de tarifas que no impliquen la prestación de un servicio, así como los cargos por servicios no aceptados por los clientes; se dispuso igualmente que los acreedores no podrán cobrar comisiones por operaciones crediticias, ni aplicar comisión o cargo alguno a los pagos anticipados que efectúen sus deudores en los casos en que la tasa de interés pactada sea reajustable.

En los primeros nueve meses de 2007, el crecimiento de los activos de los bancos privados abiertos se desaceleró hasta llegar a un 7,4%, en comparación con un 14,6% durante el mismo período de 2006. Los préstamos aumentaron más que los activos bancarios (8,1%), en especial los créditos a residentes distintos de empresas, gracias a cuyo incremento de un 14,2% en el período representaban el 25,9% de los activos totales en septiembre de 2007. Los bancos siguieron sin demandar títulos públicos, por lo que en ese mismo mes estos constituían solo un 0,8% del total de los activos.
La desaceleración del crecimiento en 2007 se debió a un descenso considerable de la actividad de minas y canteras (-5,3% en el primer semestre), atribuible a la marcada baja de la extracción petrolera durante el año y al débil desempeño de la rama de la construcción (-4,2%). Los sectores que sustentaron el crecimiento en 2007 fueron el comercio, la industria manufacturera y otros servicios, apoyados por la expansión del consumo interno. En lo que respecta al gasto, durante el primer semestre su aumento fue impulsado sobre todo por el ascenso del consumo de los hogares y, en segundo término, por la variación de existencias, a diferencia de lo observado en 2006, cuando las exportaciones contribuyeron sustancialmente al crecimiento del PIB. Cabe también subrayar que durante el primer semestre de 2007 tanto la formación bruta de capital fijo como las exportaciones tuvieron un desempeño muy deficiente, ya que la primera creció solo un 0,1% durante el período mientras que las segundas disminuyeron un 1%.
La producción de la empresa estatal PETROECUADOR se redujo apreciablemente en el período comprendido entre junio de 2006 y abril de 2007, hasta llegar a un piso de 251.000 barriles diarios, para luego registrar un leve repunte en los meses siguientes, en particular gracias a la recuperación de la producción del Bloque 15 (que incluye los campos unificados

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(gráfica indicadores)
Eden-Yuturi y Limoncocha), administrado en forma autónoma con respecto al resto de la filial Petroproducción de PETROECUADOR.9 La producción petrolera ha sido afectada por huelgas, demandas y resistencia de los habitantes de las regiones circundantes a la actividad petrolera, pero también por los propios problemas operativos de PETROECUADOR. La extracción petrolera privada, por su parte, sigue estancada desde 2006.

Si bien ha habido cambios metodológicos que dificultan el análisis, se puede constatar que la tasa de desempleo ha bajado, con la consecuente elevación del nivel de ocupación. Cabe señalar, sin embargo, que aparentemente el nuevo empleo se ha concentrado en el sector informal. El salario mínimo real subió alrededor de un 4% en el promedio del año.

En 2006, la cuenta corriente del balance de pagos de Ecuador cerró con un superávit de 1.539,3 millones de dólares. Sin embargo, a partir del segundo trimestre de 2006 sufrió un deterioro y de 1.044 millones de dólares de superávit en el primer semestre de 2006 bajó a 101,7 millones en el mismo período de 2007. Esto se explica, en particular, por el deterioro de la balanza de bienes, imputable al aumento de las importaciones y al escaso dinamismo de las exportaciones.
Durante los primeros nueve meses de 2007, el valor total de las exportaciones creció solo un 1,4%, lo que supone una desaceleración con respecto a 2006. Tal desempeño exportador obedece a un descenso del 8,5% del volumen de crudo exportado, que no alcanzó a ser compensado por el leve aumento de los precios (1,9%). Las exportaciones no petroleras, por su parte, se expandieron un 9,3% durante el período, resultado al que contribuyeron principalmente las de cacao, enlatados de pescado y aceites vegetales, con aumentos del 58,9%, el 43,8% y el 104,8%, respectivamente.
El valor de las importaciones tuvo un incremento del 7,3% en los primeros nueve meses de 2007 con respecto al mismo período de 2006. A pesar de no disponerse a la fecha de las cifras del PIB del tercer trimestre del año, dicho aumento de las importaciones acusa la desaceleración del crecimiento durante el año, si se considera que desde enero a septiembre

Nota 9 En mayo de 2006, el Gobierno de Ecuador rescindió el contrato con la petrolera privada Occidental Petroleum, lo cual redundó en un aumento de la producción de PETROECUADOR, ya que esta empresa quedó a cargo de los activos administrados anteriormente por dicha compañía privada.

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de 2006 las importaciones se elevaron a una tasa del 20,6%. Durante 2007, la mayor parte de la expansión de las importaciones correspondió a materias primas, que registraron un incremento del 17,1%, en un contexto de elevados precios internacionales de estos productos básicos, mientras que las importaciones de bienes de capital aumentaron un 5,3% y las de bienes de consumo un 2,7%.
En el primer semestre de 2007, la inversión extranjera directa fue superior a la correspondiente al mismo período de 2006, ya que ingresaron 285,4 millones de dólares, en comparación con la cifra negativa de 101 millones de dólares de IED neta registrada en el primer semestre de 2006. No obstante, la magnitud de la IED que capta Ecuador se mantiene baja en términos regionales (0,9% del PIB estimado para 2007).

08 marzo 2008

OECD Reformas de políticas económicas - Apuesta por el crecimiento 2008 RESUMEN

OECD Reformas de políticas económicas - Apuesta por el crecimiento 2008 RESUMEN
POLICY REFORMS: GOING FOR GROWTH - 2008 EDITION

Economic Policy Reforms
Going for Growth - 2008 Edition Summary in (language)


Reformas de política económica
Apuesta por el Crecimiento – Edición 2008

Resumen en español, Marzo 2008

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El Producto Interno Bruto (PIB) no equivale a bienestar. Pero la productividad alta y el empleo sí contribuyen al bienestar, directa e indirectamente, al proporcionar recursos que pueden utilizarse en otras actividades que aumenten el bienestar. Por consiguiente, es importante, que las políticas gubernamentales no interfieran con la productividad ni con el empleo, salvo cuando eso pueda justificarse en relación con otros aspectos del bienestar.
La edición del 2007 de Apuesta por el Crecimiento presentó cinco prioridades de política estructural para cada país de la OCDE y la Unión Europea, para subsanar las deficiencias desde el punto de vista de la productividad o del empleo. La edición actual revisa el avance en la aplicación de esas prioridades. Dependiendo de la tendencia, la conclusión puede ser que el vaso está medio lleno o está medio vacío. Un año no es un periodo prolongado en la formulación de políticas estructurales y visto de ese modo, el progreso en casi dos terceras partes de la las prioridades de política del 2007 puede ser considerado completamente como un logro. Sin embargo, parte de ese progreso no es muy material; y el avance ha sido mucho más lento en áreas de política que son intrincadas como la regulación del mercado laboral. Con igual razón, podría considerarse que la actividad económica firme ha proporcionado antecedentes favorables para efectuar reformas reduciendo los costos de ajuste respectivos. Pero, como se analizó en la edición del año pasado, los buenos tiempos también pueden haber reducido la urgencia de efectuar las reformas.
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La edición actual contiene cinco capítulos especiales que abordan políticas y factores específicos que influyen en el empleo y en la productividad. En cuanto a las preocupaciones por el empleo, la principal prioridad de Apuesta por el Crecimiento a la fecha ha sido la cantidad de personas que trabajan, dando menos importancia a la cantidad de horas que se trabajan. Uno de los capítulos especiales intenta compensar el equilibrio al estudiar los factores que explican la amplia disparidad y, en algunos casos, las tendencias divergentes en las horas laborales en todos los países. El estudio presenta una base de datos nueva, y más comparable internacionalmente, sobre las horas laborales que confirma el estilizado hecho muy comentado de que las horas de trabajo anuales son considerablemente mayores en Estados Unidos que en Europa. La diferencia significa cerca del 15%; y la mitad aproximadamente refleja más días laborales anuales en Estados Unidos, con el resto debido al mayor número de horas por semana. Las diferencias en horas semanales promedio reflejan en gran medida las horas laborales de las mujeres, y el análisis muestra que éstas son influidas de manera importante por las tasas fiscales marginales. El estudio también identifica algunas otras influencias normativas en las horas laborales, entre ellas la regulación del tiempo de trabajo. Sin embargo, al pensar en las políticas es importante tener en cuenta ambas dimensiones del empleo: las horas y el recuento de personas. De hecho, las políticas que dan por resultado la menor participación de la fuerza laboral de determinados grupos que por regla general trabajan horarios reducidos tenderán a aumentar las horas laborales promedio pero eso no las hace deseables. La acumulación de capital humano es un motor importante del crecimiento económico. Dos capítulos especiales presentan un análisis, elaborado junto con el Directorio para la Educación de la OCDE, sobre inversiones en educación en los niveles primario, secundario y universitario, respectivamente. El estudio anterior usa los resultados de PISA para establecer una norma que mida la eficiencia de los sistemas escolares en conjunto así como de cada escuela. Los resultados señalan considerables ganancias en eficiencia que han de tenerse en las escuelas de los distintos países que alcancen el nivel de mejor desempeño nacional; y en los sistemas escolares nacionales que alcancen el nivel de mejor desempeño internacional. La actividad económica total se beneficia mediante la mayor productividad y la utilización de cohortes de jóvenes con mejor preparación académica o mediante los ahorros en costos y proporcionalmente los impuestos más bajos. El estudio también identifica algunos de los entornos normativos que parecen hacer funcionar la eficiencia y que se relacionan con la elección del usuario, la autonomía administrativa y la rendición de cuentas, el tamaño eficaz del plantel y evitar la clasificación temprana de los alumnos por aptitudes académicas.
El capítulo sobre la educación universitaria presenta cifras estimadas del rendimiento privado respectivo, que parece ser uno de los motores para invertir en la educación superior. En la mayoría de los países, los rendimientos calculados son altos comparados con los de otras inversiones, pero también hay una variación considerable en todos los países. La coexistencia de altos rendimientos, en algunos casos, con porcentajes relativamente bajos de egresados puede indicar que los presuntos estudiantes se ven frenados por las limitaciones de liquidez y por las preocupaciones sobre el riesgo. De hecho, el ingreso por estudiante y la disponibilidad de recursos financieros líquidos dan la
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impresión de ser otro factor determinante fundamental de la inversión en la educación superior. La flexibilidad y el alcance para la innovación de las instituciones educativas son un tercer factor importante. Sin embargo, además de esos hallazgos, los entornos normativos en el área de la educación superior también deben tomar en cuenta las presiones sobre las finanzas públicas, la mayor movilidad internacional de los egresados, y el deseo de reducir el apoyo que beneficia principalmente a la parte más acomodada de la población. Esta combinación de factores apunta hacia políticas que proporcionen mayor autonomía y rendición de cuentas a cada institución, una mayor intervención de los estudiantes en el financiamiento de sus colegiaturas, así como medidas para disminuir las limitaciones de liquidez y reducir el riesgo de invertir en la educación superior. Dos capítulos abordan el papel de la apertura externa en la conducción de la actividad económica. El capítulo sobre geografía económica revela que la distancia sigue siendo un factor determinante fundamental de los patrones de comercio internacional. Es más, los países alejados de los centros de actividad económica comercian menos que los que se ubican más cerca. Por consiguiente, los países distantes se benefician menos de las ventajas que derivan del comercio en la forma de mayor especialización, explotación de las economías de escala y presiones competitivas. Los efectos sobre el PIB son potencialmente considerables. El capítulo también analiza el papel de los recursos naturales y muestra que la tendencia en los países de la OCDE ricos en recursos naturales es tener un PIB más alto. Este hallazgo contrasta con los resultados que indican que las dotaciones en recursos pueden ser una maldición para los países en desarrollo, reflejando posiblemente que las naciones de la OCDE generalmente tienen estructuras de gobernabilidad más sólidas. Debe tenerse presente la función desempeñada por la distancia y por las dotaciones de recursos al comparar el rendimiento económico de todos los países. Unos lo tienen más fácil que otros. Pero ser privilegiados o desfavorecidos no debe servir como excusa para políticas inadecuadas y de hecho el análisis no halla pruebas de que las prioridades de políticas de Apuesta por el Crecimiento se vean afectadas por la distancia ni por las dotaciones de recursos. El otro capítulo sobre la apertura, basado en el análisis realizado en el Directorio de Comercio y Agricultura de la OCDE, investiga el papel que desempeña la regulación de los mercados domésticos en el comercio de servicios. Como es lógico, la reglamentación restrictiva resulta que entorpece el comercio de servicios. Los flujos de comercio de servicios entre dos países también se reducen cuando sus respectivas estructuras normativas son muy distintas. El estudio calcula que el comercio de servicios casi podría duplicarse en promedio si los países alinearan los reglamentos en la posición menos restrictiva en la OCDE. Al igual que con el comercio de bienes, el mayor comercio de servicios debe dar un impulso al PIB. El análisis en los capítulos especiales de esta edición contribuye a desarrollar la base analítica para identificar las prioridades de política en las futuras ediciones de Apuesta por el Crecimiento. En última instancia, la asesoría acertada en políticas debe apoyarse en un análisis tan bien fundamentado e integral como sea posible.

05 marzo 2008

El Orden Mundial y el petroleo. Una entrevista a Fatih Birol (AIE)

Entrevista completa con Fatih Birol:: Publicado el 03/03/2008, por Miquel Roig, en Expansión.com::ES

Transcripcion de la entrevista con Fatih Birol, economista jefe de la Agencia Internacional de la Energia (AIE), a escasos dias de la celebracion de la cumbre de la OPEP (Organizacion de Paises Exportadores de Petroleo).


¿Cómo ve actualmente el mercado del petróleo? ¿Cuáles son las razones por las que el crudo está marcando máximos históricos?

Los precios del petróleo están obviamente muy altos, sobre todo si los comparamos con el coste de producir un barril, que cuesta cuatro veces menos. No hay muchas materias primas que puedas producir por 20 dólares y venderlas luego por cien. Dos importantes razones fundamentales y un agravante explican estos precios. La primera razón fundamental es que la demanda está creciendo con fuerza, dirigida por China, India y Oriente Medio. La segunda es que la oferta no crece tanto como nos gustaría. Muchos países fuera de Oriente Medio tienen muchas dificultades para incrementar su producción, que está estancada o en retroceso. Y los principales países productores, cuya producción está controlada por compañías estatales, se muestran reticentes a incrementar la capacidad de producción. En consecuencia, la oferta está constreñida. Con una elevada demanda y una oferta estancada, lo que tienes es un mercado tenso y nervioso. A estas razones fundamentales hay que unir un elemento que amplía estos efectos: la especulación por parte de los inversores. Y, por supuesto, las noticias que aparecen diariamente sobre problemas de suministro en Nigeria, o otros problemas en Oriente Medio, no ayudan.

¿Tienen algún impacto la debilidad del dólar?

Por supuesto. El dólar influye en el precio. Pero algunos arguyen que si se tiene en cuenta la caída del dólar, el petróleo no ha subido tanto. No estoy de acuerdo.. Por supuesto que la debilidad del dólar juega un papel, pero si se cogen los precios del petróleo desde 2002, en términos reales, el aumento es muy muy elevado.

El dólar es entonces otro amplificador de los avances del crudo, no una razón estructural...

Exactamente. Nosotros creemos que las razones estructurales detrás del precio del crudo no van a desaparecer si el dólar se recupera. En consecuencia, creo que será muy difícil que los precios bajen, ya que las razones que los sustentan son estructurales y no momentáneas.

¿Qué cree que deberían hacer los miembros de la OPEP el próximo viernes?

Los miembros de la OPEP y el secretariado de la OPEP en general han tomado decisiones muy responsables hasta ahora. Depende de ellos decidir lo que vayan a hacer, pero lo que yo espero es que miren al mercado y tengan en cuenta las señales que está dando. Por ejemplo. Hablamos de recesión en EEUU, pero a pesar de esos miedos de recesión, los precios siguen creciendo. A finales de enero, en Davos, tuve que debatir sobre la posibilidad de que una recesión en EEUU pudiera moderar los precios del petróleo. Lo dije entonces y lo repito ahora: no creo que eso pase. La recesión, si se produce, afectará a la economía estadounidense y un poco a la europea y muy de pasada a las economías asiáticas. Pero al contrario de lo que sucedía en el pasado, el crecimiento de la demanda proviene de China, India y Oriente Medio. Estados Unidos ya no es el motor de la demanda energética. En consecuencia, me gustaría que la OPEP tuviera todo esto en cuenta y que siguiera adelante con los planes de inversión para aumentar la capacidad de producción.

¿Teniendo en cuenta estas señales que da el mercado y que la demanda es todavía muy robusta, cree que es necesario un incremento de producción, o, al menos que ésta se mantenga?

Seguro. Eso seguro. Cuánto más petróleo haya, mejor para el mercado y para calmar las tensiones.

¿Cuántos barriles cree que sería necesario que la OPEP inyectara en el mercado?
No voy a dar cifras, pero cuanto más petróleo, mejor. Si miras las cifras de la demanda y las cifras de los precios, todas cantan la misma canción: cuanto más petróleo, mejor.

Si falta petróleo en el mercado, ¿cómo se explica el incremento de inventarios de crudo, tanto en EEUU como en los países de la OCDE?
Es cierto que están creciendo, pero si miras los últimos cinco años, los niveles de inventarios actuales se encuentran en niveles medios. No hay grandes incrementos. Están prácticamente en la media. Lo más importante es que la demanda crece con fuerza en muchos países y que esperamos que esto sea correspondido con un aumento del suministro.

¿Si la línea dura de la OPEP se impone este miércoles y deciden recortar la producción, diría usted que la OPEP está poniendo en peligro la economía mundial?

Yo no creo que la OPEP quiera crear problemas a la economía mundial. Son países muy responsables. Está en su propio interés que la economía vaya bien y que las perspectivas de crecimiento vayan al alza. Estoy seguro que la OPEP tendrá todo esto en cuenta.

¿Escuchando a algunos países miembros pidiendo un recorte, se conformaría usted con un mantenimiento de la producción?

Creo que la imagen global que vemos hoy, con los elevados precios del crudo, muestra que los precios seguirán subiendo si no llega más petróleo en el mercado. En consecuencia, la mejor noticia para los mercados es que en los próximos días llegue más petróleo por parte de los países productores. Aunque no solamente por parte de los miembros de la OPEP.

El elevado precio de la energía genera tensiones en las economías industrializadas, en un momento muy crítico, con la inflación al alza y el crecimiento ralentizándose. ¿Cómo ve usted esta situación?

Los elevados precios de la energía están poniendo cada vez más presión a muchos países, especialmente a aquellos que importan petróleo y gas. Estamos viendo un incremento de las presiones inflacionistas en los países de la OCDE a medida que se encarece el petróleo. No tenemos que olvidar que el incremento del precio del crudo tiene un impacto en el gas natural, ya que muchas de las fórmulas con las que se establece el precio del gas tienen en cuenta el petróleo. Es una reacción en cadena. Por lo tanto, la presión inflacionista derivada del encarecimiento del crudo está claramente ahí. Pero el impacto es mucho mayor para los países subdesarrollados. Un estudio de la AIE muestra que en los últimos cuatro años los elevados precios del crudo han restado un 3% al crecimiento de los países subsaharianos. Por lo tanto, el impacto es mucho peor para los países pobres. El encarecimiento de la energía está dañando sus economías y las dañará más en el futuro.

Sabemos algunas de las soluciones a largo plazo: más inversión en capacidad de producción de crudo y una mayor eficiencia por parte de los consumidores. ¿hay alguna solución a corto plazo o debemos acostumbrarnos a vivir con un barril de petróleo a cien dólares?

Como ya he dicho, estamos ante un problema estructural. Estamos enfrente de un “Nuevo Orden Mundial” para el petróleo. Es un sistema nuevo en el que la demanda está determinada por los países emergentes, no por los países de la OCDE, y en el que la oferta está controlada por grandes compañías estatales. Las petroleras internacionales se encuentran con grandes dificultades para incrementar su producción, que en muchos casos está cayendo, y tienen muchos problemas para acceder a las reservas de los principales países productores. De hecho, las petroleras internacionales están sufriendo una crisis de identidad. En el futuro no van a poder hacer lo que están haciendo ahora -producir petróleo y venderlo-, ya que están disminuyendo sus reservas y no están encontrando nuevas. Y uno de los dilemas es el precio del crudo. Si no hay cambios sustanciales y sorpresas positivas, tenemos que entender que tendremos que vivir con elevados precios del petróleo y de la energía en general. En el corto plazo no hay demasiadas cosas que podamos hacer: mejorar la eficiencia de los coches y los aviones o impulsar, aunque de forma limitada, los biofueles. Pero esto no va a cambiar la imagen general.

¿En qué rango de precios se va a mover el petróleo en los próximos meses?

No puedo hablar de cifras concretas, pero me sorprendería mucho si los precios caen de forma sustancial en los próximos meses. Habrá mucha volatilidad, por supuesto, pero no creo que desciendan significativamente. Tenemos que hacer todo lo posible para desacelerar el crecimiento de la demanda y pedir a los países productores que bombeen más crudo. No obstante, tenemos que asumir que viviremos en un entorno de elevados precios de la energía, tanto del petróleo, del gas y del carbón.